Miles de personas seguían este domingo sin servicio de electricidad en barrios periféricos de la capital argentina desde el fuerte temporal que se produjo la noche del miércoles, que dejó 17 muertos, edificios dañados y miles de postes de electricidad y árboles caídos.

“En algunos casos la red eléctrica debe ser reconstruida desde cero”, admitió este domingo Eduardo Mirabelli, portavoz de la empresa privada Edenor de servicio eléctrico, que provee de energía a 2,3 millones de clientes.

Sólo en Ituzaingó, localidad de la periferia oeste de la capital, la empresa constató al menos “4.000 postes de electricidad caídos cuyos cables quedaron en muchos casos debajo de árboles” y ramas que aún deben ser removidos, dijo Mirabelli.

“Los destrozos por la tormenta han excedido a nuestra infraestructura, tenemos 45 grúas trabajando en las calles, pero no alcanza”, admitió.

Tanto la empresa como las autoridades estimaron que el restablecimiento total de la red eléctrica demandará varios días.

Durante el fin de semana agrupaciones de vecinos cortaron calles en distintos barrios de la capital y su periferia en reclamo a las autoridades por la falta de electricidad, agua y servicio telefónico, y para pedir el retiro de árboles caídos sobre casas y automóviles.

En el populoso partido de Merlo (periferia oeste), “más de 50.000 personas permanecían aún sin servicio de electricidad y agua potable”, según lo admitió el jefe comunal, Lucas Ghi.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, sostuvo este domingo que el temporal de viento, lluvia y granizo “fue desvastador” en su distrito, donde la zona sur y oeste fueron las más afectadas.

La presidenta Cristina Fernández había ordenado el despliegue de personal y medios del Ejército para colaborar en el despeje de las calles y torres de alta tensión derribados por la tormenta.