El coreano-estadounidense arrestado por la masacre en una universidad religiosa de Oakland (California, este de San Francisco), admitió los crímenes y fue imputado con siete cargos de asesinato, informó el miércoles la fiscalía.

One Goh, de 43 años y quien se rindió poco después de ejecutar a siete víctimas, también fue acusado con tres cargos de intento de asesinato, dijo una fiscal de distrito.

El sospechoso, un ex estudiante de la universidad, confesó los crímenes perpetrados con un arma calibre .45 y cuatro recámaras llenas de municiones, de acuerdo a una breve comunicado de la policía.

“Estos devastadores y enormes crímenes no tienen precedentes en el condado de Alameda”, al que pertenece la institución, dijo la fiscal Nancy O’Malley en un comunicado divulgado por el diario Los Angeles Times.

“Mi oficina trabajará incansablemente para asegurarse de que el acusado sea llevado ante la justicia”, agregó.

El lunes, el detenido entró en el edificio de la universidad Oikos y tomó como rehén a una recepcionista, según la policía. Luego mató a la mujer y puso a un grupo de estudiantes en fila contra la pared, y les disparó uno a uno.

Calificando los crímenes de “brutales”, la fiscal prometió ayudar a los “sobrevivientes del ataque y a las familias de las víctimas asesinadas, a superar esta inimaginable tragedia y el proceso legal consiguiente”.

One Goh supuestamente realizó el ataque por haber sido expulsado de la institución y porque era tratado con desprecio por otros estudiantes, dijo la policía.

“Estaba angustiado porque se metían con él (…) Planificó el ataque con varias semanas de anticipación”, dijo el martes el jefe de la policía de Oakland, Howard Jordan. “No ha mostrado ningún remordimiento”, agregó.

Unas 35 personas se encontraban en el interior o en los alrededores del edificio cuando empezó el tiroteo. Diez resultaron heridas y otras cinco murieron en el lugar, mientras otras dos fallecieron luego en el hospital.

El documento de imputación incluye los nombres de las víctimas y cita las “circunstancias especiales” de los asesinatos, entre ellas el robo de un automóvil, cuando Goh se apropió de un vehículo tras matar a su dueño.