Un soldado afgano murió y un policía fue herido el martes en el sur de Afganistán cuando desconocidos atacaron a una delegación gubernamental que debe investigar la muerte de 16 civiles afganos, asesinados por un militar norteamericano, anunció el gobierno.

“Por lo menos un enemigo estaba escondido. Abrió fuego cuando la delegación llegó. Un soldado murió y un policía fue herido”, declaró el portavoz del ministerio afgano del Interior, Sediq Sediqqi, precisando que se lanzó una operación para encontrar a los atacantes.

Según un corresponsal de la AFP en la zona, dos hermanos del presidente Hamid Karzai formaban parte de esta delegación que llegó de Kabul, acompañados por responsables de la provincia.

“Los disparos duraron unos diez minutos”, agregó. “Fue una lluvia de balas”, dijo otro testigo.

Una parte de la delegación emprendió viaje a Kandahar, la principal ciudad del sur, situada a 45 km de distancia, pero otros miembros se quedaron en el lugar para investigar la masacre del domingo, indicó un integrante del grupo.

Este ataque tuvo lugar en el distrito de Panjwayi, en la provincia de Kandahar, un bastión de los insurgentes talibanes.

Fue allí que el domingo pasado antes de la madrugada un soldado norteamericano de la Fuerza Internacional para Afganistán de la OTAN (ISAF) partió de su base fuertemente armado y mató a 16 ocupantes de tres casas de las aldeas vecinas, entre los cuales había mujeres y niños, para luego quemar sus cadáveres. Después regresó a su base y se rindió.