Comunicaciones y electricidad cortadas, infraestructuras destruidas y escasez de alimentos son el reflejo del estrecho cerco con que las fuerzas sirias bloquean la ciudad rebelde de Homs, relataron este miércoles militantes desde la plaza sitiada.

“Desde el alba los bombardeos con cohetes y obuses de mortero fueron extremadamente intensos”, indicó Omar Shaker, un militante contactado desde Beirut por un teléfono satelital.

Según Shaker, los bombardeos están destinados a preparar el terreno a un asalto terrestre contra Homs, “la capital de la revolución”, y apuntan sobre todo al barrio sunita Baba Amr en donde se encuentra él y en donde algunas zonas están totalmente destruidas.

La electricidad y las comunicaciones están cortadas, afirmaron el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH, con sede en Gran Bretaña) y Shaker. Homs, que cuenta con 1,6 millones de habitantes, es atacada desde hace cinco días, con un saldo de 400 muertos según el OSDH.

Las fuerzas de seguridad dispararon balas y obuses, destruyeron numerosos edificios, incluida una casa en donde una niña falleció, según el OSDH. “La situación humanitaria es terrible y los alimentos comienzan a faltar”, agregó Shaker. “Tratamos de montar un hospital de campaña pero no tenemos el material médico adecuado”, añadió.

El miércoles, al menos 50 personas murieron en Homs, de las cuales tres familias enteras, indicó el OSHD. Hadi Abdalá, un militante presente en Homs contactado por un teléfono satelital, indicó que las 20 víctimas fueron degolladas.

Es imposible verificar en lo inmediato estas informaciones en el terreno con una fuente independiente debido a las fuertes restricciones impuestas a los movimientos de la prensa extranjera en Siria, en donde el régimen reprime desde mediados de marzo de 2011 un levantamiento popular sin precedentes.

Un doctor que ejerce en Baba Amr, Alí Hazuri, de 27 años, relató que un hospital de campaña instalado por militantes fue alcanzado en varias ocasiones y que varios médicos habrían resultado heridos, algunos de gravedad.

La organización Médicos Sin Fronteras, citando testimonios, acusó al régimen sirio de detener a los heridos en los hospitales públicos, de apuntar sus armas contra hospitales improvisados y de controlar la distribución de sangre.