El proyecto de dos artistas de trasladar a Documenta 13, una célebre feria de arte contemporáneo de Alemania, un meteorito de 37 toneladas, caído hace 4.000 años en el noreste de Argentina en la región donde vivía la comunidad indígena Moqoit, genera una fuerte polémica que podría llegar a frustrar la iniciativa.

El aerolito al que se denominó ‘El Chaco’ es el segundo de mayor tamaño encontrado en la Tierra y está ubicado en una región conocida como Campo del Cielo o “Piguen Nonraltá” en lengua de la familia guaycurú, entre el sudeste de la provincia de Chaco y el norte de Santiago del Estero, un lugar donde 4.000 años atrás cayó una lluvia de meteoritos.

Para los Moqoit, cuya cultura fue diezmada por los conquistadores y hoy cuenta con apenas 15.000 descendientes, el Campo del Cielo configura la piedra angular de su cosmovisión.

La polémica se desató luego de que el Parlamento chaqueño aprobara, en la última sesión del año pasado, prestar por 100 días el meteorito para ser exhibido en Documenta 13, que se desarrollará en la ciudad alemana de Kassel del 9 de junio al 16 de septiembre.

La solicitud de la feria alemana es parte de en un proyecto de los artistas plásticos Guillermo Faivovich (argentino, de 34 años) y Nicolás Goldberg (nacido en Francia en 1978). El proyecto bautizado “Una guía a Campo del Cielo” se basa en una investigación iniciada en 2006 sobre el impacto cultural de los meteoritos.

Estos artistas residentes en Buenos Aires ya llevaron en 2010 a Portikus, Fráncfort, la obra ‘Meteorit El Taco’, que logró unir las dos mitades de un meteorito de 1.988 kilogramos, descubierto en 1962 por una expedición argentino-estadounidense que se dividió el hallazgo.

Su nuevo proyecto pretendían que el meteorito El Chaco fuera la pieza central de Documenta 13, para invitar a una suerte de reflexión filosófica sobre el origen y el destino de la humanidad.

Pero la resistencia de parte de la comunidad moqoit y, sobre todo, la férrea oposición de científicos y defensores del patrimonio dejó por el momento en suspenso el monumental traslado.

“El meteorito El Chaco no se va del Chaco”, aseguró a la AFP Jorge Castillo, presidente de la Fundación Ambiente Total e integrante de la Comisión de Defensa del Patrimonio Cultural y Natural del Chaco, con 30 años de existencia.

Según el patrimonialista, “desde la mismísima Documenta ya lo han decidido y comunicado el 16 de enero al gobierno de la provincia, como decisión de la organización, ni bien se enteraron que había un grupo de ciudadanos que rechaza el proyecto con sólidos argumentos”.

La norma aprobada proponía iniciar entre el 10 y 15 de febrero el traslado de la mole de 37 toneladas, en una complicada operación para recorrer por tierra los 1000 kilómetros que separan Chaco del puerto de Buenos Aires, para posteriormente llevarla por mar hasta Alemania y seguir a Kassel por tierra.

“Es una locura. Los custodios de ese aerolito no queremos que se vaya. No es una mercancía. Ese meteorito es patrimonio cultural y natural y tiene que quedar en su lugar”, afirmó Castillo, en diálogo telefónico desde Chaco.

Aquellos que argumentan en favor de su traslado citan la promoción turística de una de las provincias más pobres de Argentina, puesto que quienes votaron a favor de la medida consideraron que el viaje del meteorito ofrecería “una gran oportunidad para poner en valor la provincia del Chaco y su patrimonio a nivel internacional”.

“A Documenta la visitan alrededor de un millón de personas de distintas partes del mundo. Para la provincia sería una oportunidad difícil de repetir e imposible de alcanzar con recursos propios”, sostuvo la secretaria de Inversiones, Asuntos Internacionales y Promoción de Chaco, Theresa Durnbeck.

Pero los detractores de este sueño artístico-científico, consideran que “fuera del lugar de su asentamiento, el meteorito está descontextualizado cultural y geográficamente”, como señala Castillo.

“Nos oponemos enérgicamente a este proyecto que vulnera los derechos de los aborígenes chaqueños”, advirtió en una nota difundida por las redes sociales un grupo de más de medio centenar de astrónomos y antropólogos argentinos.

Agregaron que “en lugar de ‘trasladar’ una pieza como una suerte de ‘curiosidad cósmica’ sería mucho mejor que quienes tienen los fondos y el prestigio buscaran promover su puesta en valor en el lugar”.

La feria Documenta, que va por su edición décimo tercera y se realiza cada cinco años, nació en 1955 como una exposición de arte contemporáneo, por iniciativa del pintor Arnold Bode (1900-1977).