El primer ministro británico David Cameron trasladó el lunes el consejo de ministros al anillo olímpico de Londres para exhibir unos preparativos sin fallas –salvo algunos problemas técnicos en la venta de entradas–, 200 días antes del mayor evento deportivo del mundo.

Los preparativos para los Juegos Olímpicos de Londres continúan según el programa previsto y el comité organizador (LOCOG) puede estar satisfecho del avance de las obras en el este de la capital, donde las principales instalaciones, incluido el estadio olímpico con capacidad para 80.000 espectadores, la piscina y el velódromo, están ya terminados.

“Hoy, cuando quedan 200 días y seis de las ocho instalaciones olímpicas ya tienen asegurado su futuro, estamos bien encaminados para dejar un legado duradero a todo el Reino Unido”, proclamó Cameron.

Pese al clima de optimismo que reina a más de seis meses de la ceremonia de inauguración del 27 de julio, el presidente del LOCOG, Sebastian Coe, advirtió que los esfuerzos deberán continuar hasta la clausura, el 12 de agosto.

“No quiero en ningún caso que un atleta me diga que no fue a la final porque el ambiente en la villa olímpica no era bueno o porque los servicios y los transportes no funcionaban”, dijo Coe al diario The Evening Standard.

“Es necesario que los Juegos funcionen para el grupo de clientes más importantes, los atletas. No podemos fallarles, sería un pecado capital”, agregó el doble campeón mundial de 1.500 metros.

En esta metrópoli ya atascada, los transportes podrían ser el principal problema. Aunque se crearán carriles de uso exclusivo para los vehículos la familia olímpica, estos corren el riesgo de provocar embotellamientos en el resto de Londres.

El gobierno de Cameron efectuó en los últimos meses algunos ajustes, sobre todo duplicando el presupuesto destinado a la seguridad.

Y no se olvidó del espectáculo. Las sumas adjudicadas a la ceremonia de apertura también aumentaron considerablemente para que el cineasta Danny Boyle, director de “Slumdog millionaire”, pueda montar un espectáculo que, aunque más modesto que el de Pekín en 2008, no deje mal al país.

La venta de entradas, que ya provocó numerosos descontentos en julio debido a la desproporción entre una oferta forzosamente limitada y la enormidad de la demanda, volvió a dar dolores de cabeza a los organizadores en las últimas semanas.

Estos se dieron cuenta primero que se habían vendido unas 10.000 entradas más que las disponibles para las pruebas de natación sincronizada. Los clientes perjudicados recibieron entradas para otras competiciones.

Este fin de semana fue el sistema de reventa, inaugurado el viernes en internet, el que tuvo que ser suspendido por un problema técnico.

Los afortunados de la primera vuelta deseosos de deshacerse de todas o una parte de las entradas adquiridas pueden teóricamente hacerlo hasta comienzos de febrero, ofreciendo así una oportunidad suplementaria a los que consiguieron pocas o se quedaron sin entradas.

Pero el sistema se averió al cabo de unas horas, obligando a los organizadores a cerrar la web hasta nueva orden.

El último millón de entradas saldrá a la venta en abril, una vez se haya decidido la configuración final de los estadios, y no debería durar mucho.

El único torneo para el que aún quedan localidades disponibles es el fútbol, pero los organizadores cuentan con una posible participación del estelar veterano David Beckham en el equipo británico para llenar las gradas.