Una nave Soyuz con tres astronautas a bordo –dos rusos y un estadounidense– se acopló el miércoles “sin contratiempos” a la Estación Espacial Internacional (ISS) durante la primera misión habitada en cinco meses, luego de varios fracasos en el sector espacial ruso.

“La nave TMA-22 se acopló a la ISS en régimen automático a las 09H24 hora de Moscú (O5H24 GMT)”, diez minutos antes del horario previsto, declaró a la AFP un portavoz de Roskosmos.

“Todo se desarrolló sin contratiempos”, agregó.

El cohete que transportaba a los rusos Anton Shklaperov y Anatoli Ivanishin, así como al norteamericano Dan Burbank, había despegado el lunes del cosmódromo ruso de Baikonur, en las estepas de Kazajastán.

Esta operación marca la reanudación de los vuelos habitados hacia la ISS, suspendidos en agosto pasado, después de la pérdida de una nave rusa de aprovisionamiento que se estrelló en Siberia poco después de su despegue.

El accidente obligó a postergar dos meses el despegue de la nueva tripulación, previsto inicialmente en septiembre. Durante ese plazo, Rusia examinó sus lanzadores Soyuz, el cohete más utilizado en el mundo, con más de 1.700 disparos. Incluso se había considerado la posibilidad de evacuar la ISS.

Después de la apertura de las esclusas, hacia las 08H00 GMT, según imágenes difundidas por la televisión rusa, los tres astronautas se reunieron a bordo de la ISS con el estadounidense Mike Fossum, el japonés Satoshi Furukawa, y el ruso Serguei Volkov.

El 22 de noviembre, la tripulación ruso-norteamericano-japonesa debe regresar a la Tierra, y el 21 de diciembre, un nuevo vuelo habitado conducirá a sus tres reemplazantes a bordo de la ISS, que estará por fin dotada con una tripulación completa.

El anterior despegue de astronautas hacia la ISS desde Baikonur tuvo lugar en junio, después de que Rusia celebró con gran pompa el 50º aniversario del vuelo del primer hombre al espacio, el soviético Yuri Gagarin, el 12 de abril de 1961.

El sector espacial ruso sufrió un período negro después de la pérdida, en diciembre de 2010, de satélites de su sistema de geolocalización Glonass, que supuestamente debía competir con el GPS norteamericano.

El último incidente se registró con el lanzamiento la semana pasada de la sonda Fobos-Grunt, cuyo viaje hacia un satélite de Marte debía marcar el regreso de Rusia a las misiones de exploración interplanetarias, abandonadas desde hacía 15 años.

La sonda lanzada el 8 de noviembre no logró abandonar la órbita terrestre para dirigirse hacia la luna de Marte y los esfuerzos para recuperar el control a distancia fracasaron. Este artefacto puede considerarse perdido, según los expertos.

Sin embargo, los responsables del sector espacial ruso se habían mostrado confiados antes del lanzamiento de la nave espacial Soyuz el lunes, considerando que la operación se desarrollaría sin problemas.

Por su parte, el ministerio ruso de Defensa confirmó el miércoles que el lanzamiento de un cohete Soyuz con un satélite Glonass inicialmente previsto el 22 de noviembre tendría lugar el 29 de noviembre desde el cosmodromo de Plessetsk (800 km al norte de Moscú), según la agencia Interfax.

Sin embargo, los lanzamientos de otros dos Soyuz con 12 satélites norteamericanos de telecomunicaciones Globalstar, previstos el 5 de diciembre y el 12 de febrero, podrían ser aplazados debido a un fallo detectado en el sistema de orientación orbital de esos satélites, indicó una fuente de la industria espacial citada por Interfax.