Por lo menos nueve personas resultaron muertas este jueves en Siria, a pesar de que la víspera el régimen del presidente Bashar al Asad aceptara un plan propuesto por la Liga Árabe para poner fin a la violencia que ya causó 3.000 víctimas fatales desde marzo pasado.

El gobierno sirio había aceptado “sin reservas” el plan de salida de la crisis que prevé la interrupción de la violencia, liberación de detenidos por las protestas, salida de las tropas de las villas y libre circulación de observadores internacionales, antes de la apertura de un diálogo entre el régimen y la oposición.

Este mismo jueves, en El Cairo, el máximo responsable de la Liga Árabe, Nabil al-Arabi, mantuvo una reunión con una delegación del Consejo Nacional Sirio (CNS), que nuclea a la mayoría de los opositores al régimen del presidente al-Asad.

Arabi “nos informó de los detalles de la iniciativa árabe y de sus objetivos para permitir a la Liga encontrar una solución árabe a la crisis siria, apoyada sobre la necesidad de poner fin al derramamiento de sangre”, dijo a la prensa Samir al-Nachar, integrantes del comité ejecutivo del CNS.

No obstante, negó que tengan interés en dialogar con el gobierno. “No, no hablamos de un diálogo. Invitamos a negociaciones para la transferencia del poder del régimen tiránico a un régimen democrático, y exigimos que Asad deje el poder”, dijo al-Nachar.

En Siria, en tanto, la represión no se detuvo. Siete civiles fueron asesinados en varios barrios de Homs (en el centro del país) “donde aún se escuchan disparos de ametralladoras”, denunció la entidad Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Simultáneamente, miles de sirios desfilaron en apoyo al presidente Asad en la ciudad costera de Tartus. La televisión pública mencionó que “centenas de miles de personas se manifiestan en apoyo a la decisión nacional y rechazar toda injerencia extranjera”.

A pesar de la adhesión al plan de la Liga Árabe, los militantes opositores se mantenían escépticos sobre las “intenciones reales” del gobierno.

“Estamos satisfechos con los esfuerzos de la Liga Árabe para contener el derramamiento de sangre de los sirios y protegerlos de las balas del ejército y de la seguridad (…), pero estamos en duda sobre la aceptación de las cláusulas del plan por parte del régimen”, admitió el Comité Local de Coordinación (LCC).

Como todas las semanas desde el inicio de la revuelta popular, los militantes han llamado al pueblo sirio a manifestarse el viernes bajo el lema “Alá es grande, contra los déspotas y los tiranos”.

“Más el régimen reprime y mata, y más determinados estamos. El régimen no podrá mantenerse a pesar del apoyo de Rusia y China, ni en razón de las decisiones de la Liga Árabe, porque el pueblo está determinado a obtener la libertad”, afirmó en la red Facebook el usuario ‘Syrian Revolution 2011′.

A pesar del plan árabe, la violencia ya había dejado un saldo de 34 muertos el miércoles: 11 obreros “muertos por hombres armados venidos de villas favorables al régimen” en Homs, 8 civiles abatidos por las fuerzas del orden también en Homs y 15 miembros de las fuerzas armadas asesinados por desertores, de acuerdo con los militantes.