Cientos de indígenas bolivianos siguieron este domingo su marcha hacia La Paz para exigir la cancelación del proyecto de una carretera en sus territorios una semana después de haber sido reprimidos por la policía.

“La intervención policial (del pasado domingo) ha fortalecido el ánimo de los marchistas y al movimiento indígena. Con más fuerza, la marcha está avanzando hacia la ciudad de La Paz” dijo en contacto telefónico con la AFP el dirigente campesino Gualberto Baraona.

A mediodía del domingo los marchista arribaron al muncipio de Palos Blancos donde las autoridades locales les dieron la bienvenida en un ambiente festivo, según de la red de noticias Erbol. Los marchista avanzan a un promedio de 25 kilómetros por día. Los promotores de la movilización dicen que “hay entre 700 y 800 personas”.

La marcha comenzó hace más de un mes y el domingo pasado la policía la dispersó enérgicamente lo que desató una tormenta política. El presidente Evo Morales pidió perdón por la acción policial y dos de sus ministros renunciaron.

Los nativos se movilizan contra una carretera que dividiría su territorio amazónico; una reserva natural del 10.000 kilómetros en la que viven unos 50.000 indígenas.

Morales suspendió el proyecto luego de los choques entre policías y manifestantes y prometió someterlo a consideración de las poblaciones involucradas.

Tras los incidentes del domingo pasado, la marcha se reanudó el sábado a unos 300 km de La Paz.

La caminata ingresó a territorio del departamento de La Paz y su tránsito fue relativamente pacífico, aunque a su paso los marchistas recibieron algunas agresiones verbales de colonizadores afines al gobierno.

“Nos insultaron con las mismas palabras que usa el gobierno”, agregó Baraona.

“Es una marcha pacífica. No trata de provocar ni agredir a nadie. Hay una comisión de avanzada que contacta a las autoridades de cada comunidad para que nos den permiso y podamos hacer nuestro descanso”, comenta Cástulo Sejas, uno de los líderes de los indígenas.

Morales se declaró abierto a dialogar pero considera que la protesta tiene el objetivo de complicar las elecciones del 16 de octubre en la que se escogerán nuevos jueces.

“Es un tema político y no de reivindicación del medioambiente”, dijo el sábado Morales quien defendió los objetivos de integración y de combate a la pobreza de la cuestionada ruta

Baraona rechazó la intencionalidad política que el gobierno atribuye a la marcha. “En ningún momento hemos tenido la intención de perjudicar las elecciones judiciales”, dijo.

Es previsible que la caminata arribe a la Paz en vísperas de los comicios judiciales del 16 de octubre. “Eso está en evaluación. No tenemos fecha exacta para llegar” indicó Sejas.

La Central Obrera dio hasta el miércoles un plazo para solucionar esta demanda, de los contrario aprobará una huelga de 48 horas.