Al menos 17 reos murieron y decenas resultaron lesionados en una confusa balacera desatada la noche del lunes en el penal de Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos y considerada la localidad más violenta de México, informaron autoridades.

El jefe de la policía municipal, un destacado militar, denunció este martes que durante el motín su vehículo fue atacado a tiros por policías federales, pero la Secretaría de Seguridad Pública federal justificó la acción señalando que el auto se saltó un retén.

Asimismo, las autoridades del estado de Chihuahua, al que pertenece Ciudad Juárez, dieron diferentes versiones sobre el origen de la balacera en el penal.

El vocero de la Fiscalía, Carlos González, dijo a la televisora Milenio que se trató de “una venganza entre grupos rivales al interior del reclusorio” pero después el fiscal estatal Jorge González apuntó que fue “un grupo de 25 a 30 reos que planearon una fuga masiva, pero fueron repelidos”.

Los reos amotinados desarmaron a los custodios y agredieron con esas armas a la policía, explicó de su lado Manuel del Castillo, portavoz del municipio.

González confirmó que la riña dejó 17 muertos, entre ellos una mujer, además de 150 hombres lesionados, uno de gravedad.

La mujer que falleció “se encontraba de manera ilegal dentro del penal” y en la misma situación también fue hallada una adolescente de 15 años, dijo la Secretaría de Seguridad federal en un comunicado, sin dar más detalles.

Los internos se apostaron en el techo y dispararon hacia el exterior del penal. En el lugar se encontraron 850 casquillos percutidos de diferentes calibres.

En la trifulca “líderes de pandillas como los Artistas Asesinos, de bandas de extorsionadores y secuestradores (…) así como de la pandilla Los Aztecas fueron asesinados”, dijo la fiscalía General de Chihuahua en un reporte, sin detallar la identidad de los fallecidos.

En esta cárcel se encuentran recluidos integrantes de esas pandillas que trabajan para los dos cárteles de la droga que están enfrentados por el control de Ciudad Juárez.

“Hubo muertes por lesiones de golpes pero también por impacto de bala”, añadió el vocero de la procuraduría al detallar que el orden en el penal logró ser restablecido seis horas después tras la intervención de la policía y el Ejército.

El vocero explicó que los grupos rivales de presos “permanecen separados, pero se las arreglan y pasan de un área a otra para ver al otro grupo”.

Los muertos son presos que estaban condenados por extorsión, secuestro u homicidio, según reportes de autoridades locales.

En el exterior de la cárcel, unidades policiales y militares montaron varias barricadas y un operativo de vigilancia en más de un kilómetro a la redonda. El jefe de la policía municipal, Julián Leyzaola Pérez, denunció que fue atacado a tiros por una veintena de policías federales cuando se encontraba a un costado del penal, pero que salió ileso por el blindaje de su camioneta.

Las autoridades federales admitieron que sus agentes abrieron fuego para evitar la marcha del mando local, quien según esa versión había roto la seguridad del operativo “y actuando contra el protocolo se pasó un retén sin detenerse”.

Leyzaola Pérez es un militar activo que fue contratado en marzo por esta urbe bajo un permiso especial, después de su reconocida labor como jefe policial en la también fronteriza Tijuana.

Las autoridades municipales informaron que interpondrán una denuncia ante la Procuraduría General de la República (Federal) contra los policías involucrados.

Ciudad Juárez, de 1,3 millones de habitantes, está considerada la urbe más violenta de México por la pugna que sostienen los cárteles de Juárez y de Sinaloa por el control del tráfico de drogas a Estados Unidos y el mercado local.