Rafael Nadal sigue siendo el gigante de las canchas lentas. Roger Federer el genio del tenis. Pero en Roland Garrós hay lugar para uno solo y ese es el español, quien sigue siendo el número 1 del mundo, que llegó a los 6 títulos en el Bois de Boulogne (igualando al sueco Bjorn Borg) y le ha dejado la tarea de intentar colocarse esa corona a Novak Djokovic para el Abierto de Inglaterra, en dos semanas más.

Esta quincena de gran tenis masculino en París finaliza con un Nadal que jugó de menor (la primera semana) a mayor (la segunda cuando se define el certamen) ganándole a su eterno rival 7-5, 7-6(3), 5-7 y 6-1 en 3 horas y 40 minutos e imponiéndole la cuarta derrota en una final en el torneo de canchas lentas más famoso del mundo (antes fue en 2006, 2007 y 2008). Federer apenas puede aquilatar ante el de Palma de Mallorca cuatro sets ganados en el Bois de Boulogne. Y sumar más derrotas: ahora Nadal lleva 17 victorias y Federer 8…

En el primer set la ventaja de Roger Federer parecía inabordable. Se había colocado 5-2 (con quiebre en el segundo juego) y estaba concretando un primer parcial de ensueño. Rafael Nadal calmó las aguas. En ese descanso previo al octavo juego se hizo atender por el kinesiólogo. Le cortaron las vendas de su pie izquierdo. Sirvió con raqueta nueva, ya que suele cambiar a los 8 juegos. Mantuvo su servicio y en el siguiente quebró para con su saque posterior igualar a 5.

A Federer se le fue la confianza con la que había jugado los primeros 7 games del partido. Y a Nadal, tal cual es su costumbre cuando pasa a dominar un match, le alcanzó con colocar siempre una pelota más en la cancha esperando el yerro de su oponente. Federer le “hizo caso”. Su revés siempre castigado por el zurdo español dejó de ser consistente e incluso sus drop shots quedaron cortos.

Nadal quebró en el undécimo nuevamente y con 6-5 arriba cerró el primer set, dejando claramente una sensación: Federer había jugado un tenis excelente pero los puntos (historia repetida) los ganaba Nadal.

El segundo parcial tuvo de todo. Arranque brillante de Nadal que con quiebre a favor en el primer juego se puso rápidamente 3-1, con otro cambio de raqueta incluido. Federer intentó con su profundidad en la derecha y tratar de mantenerlo en el fondo a Nadal. Mantuvo su servicio en el quinto juego y después en el séptimo para quebrar en el octavo. Pareció que lo tenía a mano.

Pero en el siguiente juego con su saque se le quedó una bolea en la red y con ese punto de break Nadal no tuvo compasión y se colocó 5-4.

En ese momento una lluvia muy copiosa cayó sobre París (la necesitaba tras dos meses sin una gota de agua) y el match se suspendió por 11 minutos. Cuando volvieron, Nadal pareció sentir el breve corte y Roger lo aprovechó para birlarle el servicio, dejando las acciones 5-5. Llegaron luego al tie break cada uno con su saque. Y en el desempate, la solidez del español pudo más, como casi siempre en sus enfrentamientos, que la enorme técnica del suizo: 7-3 para Rafa, 7-6 el set.

En el tercero, Nadal con un enorme envión se colocó 4-2, luego 5-4 y servicio para dar por cerrado el partido y la final pero la enorme calidad y las ganas de Federer dieron vuelta el set, para llevárselo el tenista de Basilea por 7-5. parecía que la lucha se prolongaría a 5 sets de mantener ese nivel el ex número 1 del mundo…Pero desperdició la gran chance de colocarle presión a Nadal en el primer juego cuando este servía 0.40 y logró levantar esa desventaja de tripe break por dos errores del rival y por virtudes propias en el momento de salvar la situación.

Después fue todo para Rafa: quiebre en el cuarto, 3-1, 4-1, otro quiebre más para 5-1 y definición para título en el séptimo juego dejando en 0 a Federer que, una vez más, dejó pasar una ocasión para ganarle en Roland Garrós una final a Rafael Nadal, el dueño de casa en París y el dueño del número 1 del mundo y otro record más.

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