El ejército sirio reforzó el control de los focos de la protesta contra el régimen del presidente Bashar Al Asad y efectuó detenciones masivas en todo el país, mientras los activistas pro democracia convocaron manifestaciones en solidaridad con los detenidos.

“El ejército controla todos los barrios de Banias (noroeste) y las detenciones continúan en esta ciudad y en las localidades vecinas de Bayda y Marqab”, indicó Rami Abdel Rahman, presidente del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres.

En Banias, las fuerzas armadas tratan de detener a otros dirigentes de los opositores como Anas al Chaghri, precisó.

Desde el sábado, más de 450 personas fueron detenidas por el ejército en esta ciudad costera, incluidos los líderes de la protesta.

Cincuenta militantes políticos, entre ellos el dirigente del ilegal Partido Comunista Hassan Zahra y su hijo, también fueron arrestados el lunes en la región de Salamiya en el centro norte de Siria, según el OSDH.

No obstante, cinco figuras de la oposición, entre ellas el abogado Hasan Abdel Azim y el escritor Fayez Sara, detenidos por los servicios de seguridad, fueron puestos en libertad el lunes por la noche y el martes, indicó un abogado.

Según la ONG, “miles de militantes fueron detenidos en las últimas semanas por las fuerzas de seguridad en el marco de una campaña de represión para poner fin a las manifestaciones” contra el régimen de Bashar Al Asad que comenzaron el 15 de marzo.

Un militante que pidió mantener el anonimato dio cuenta de detenciones el martes en la madrugada en Lataquia (noroeste) y en Idleb al noroeste, sin poder dar precisiones.

Muadamiya, localidad al oeste de Damasco, que el ejército invadió el lunes en la madrugada, está aislada del mundo, según otro militante.

A pesar de la represión, el portal “Syrian Revolution 2011″ advirtió a través de Facebook que “las manifestaciones continuarán todos los días”, y convocaron un “martes de solidaridad con los detenidos de conciencia en las prisiones del régimen sirio criminal”.

El lunes en la noche, en Damasco, 200 personas manifestaron en la plaza Arnus en el centro de la capital, para pedir que se levante el sitio de las ciudades sirias, antes de ser dispersados por la fuerza. Varias personas fueron detenidas.

En la noche se escucharon tiroteos en los poblados vecinos a Deraa, ciudad del sur donde se inició la contestación y se organizaron allí sentadas, según un militante.

A pesar del movimiento de protesta, el régimen del presidente Asad se mantiene en el poder gracias a la reacción internacional más bien blanda hasta ahora y a la fidelidad del ejército, según analistas.

En una entrevista al New York Times, la consejera de Asad Bouthaina Chaabane estimó que lo peor de la revuelta ya pasó.

La Unión Europea adoptó formalmente un embargo a las armas contra Siria, prohibió otorgar visas de entrada a la UE y congeló los haberes de 13 sirios eminentes.

El hermano menor del presidente, Maher al Asad, de 43 años, jefe de la Guardia Republicana, encabeza la lista de los responsables sancionados.

Presentado como el principal “artífice de la represión contra los manifestantes”, precede en la lista al jefe de los servicios secretos generales Ali Mamluk y al nuevo ministro del Interior Mohamad Ibrahim al Chaar, nombrado el 28 de abril.

El martes, el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, no descartó un fortalecimiento de las sanciones de la UE contra Siria.