La académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello, Gabriela Sarrat, sostuvo que los hábitos alimentarios son de vital importancia desde la infancia, sobre todo el calcio, ya que éste unido al fósforo y la vitamina D, son fundamentales para la mineralización ósea.

Adrián Becerra en Stock.xchng

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Esto puede hacer la diferencia de una vida sana en la edad adulta o de sufrir enfermedades en los años posteriores, dijo la especialista.

Sarrat explicó que “en el primer trimestre de gestación, los depósitos de calcio en el feto son muy escasos aumentando gradualmente hasta llegar en el tercer trimestre de crecimiento intrauterino donde aumentan los contenidos fetales influenciados por factores hormonales de la madre”.

“De ahí la importancia, dijo, que tiene fortificar la leche materna en gran parte de los prematuros extremos o el uso de fórmulas lácteas con mayor concentración de calcio unido a fósforo, ya que estudios han demostrado que estas medidas preventivas han disminuidos el riesgo de problemas en la mineralización ósea”, destacó la nutricionista.

Subrayó que “se calcula que cada centímetro de crecimiento requiere de 20 gramos de calcio. En esta etapa es donde se puede llegar a un 40 % del total de la masa ósea”.

La académica dijo que el inhibidor del calcio más potente es el ácido oxálico, presente en gran cantidad en la espinaca, cacao en polvo, chocolate amargo, té de hojas y el consumo de más de cinco tazas de té al día.

En cambio, los alimentos que son buena fuente de calcio en orden decreciente son, los lácteos y derivados, como el yogurt, quesos; los frutos secos, los mariscos. Se ha determinado que de las distintas formas de calcio la que tiene mejor biodisponibilidad es el citrato de calcio en comparación con el gluconato o carbonato de calcio.