Nuevas inundaciones en el noreste de Australia han dejado al menos 10 muertos y 66 desaparecidos, un balance que podría agravarse debido a una rápida crecida del nivel de las aguas que obligó a evacuar a miles de habitantes en Brisbane, capital del estado de Queensland.

Los torrentes de agua que el lunes arrasaron varias localidades al oeste de Brisbane provocaron la muerte de diez personas, entre ellas cuatro niños, indicó la primera ministra Julia Gillard.

Desde fines de noviembre las inundaciones han dejado ya 20 muertos, pero la primera ministra advirtió que el país debía prepararse para un balance mucho mayor.

Verdaderos torrentes de agua recorrieron las calles de Toowoomba, una ciudad de 100.000 habitantes en la cordillera australiana, a 130 km al oeste de Brisbane, arrastrando vehículos a su paso y obligando a las personas a refugiarse en los árboles.

Se encontraron cadáveres en el interior de los automóviles, incluidos los de una mujer y dos niños, según el diputado Ian MacFarlane.

El jefe de la policía local, Bob Atkinson, comparó la crecida sin precedente de las aguas con un “tsunami terrestre, con un verdadero muro de agua que pasó por el valle de Lockyer”.

Los habitantes aislados en los tejados de sus casas fueron socorridos mediante helicópteros llamados en refuerzo.

Estas nuevas inundaciones fueron provocadas por lluvias torrenciales – en algunos lugares hasta 30 cm de agua en menos de 24 horas – que cayeron en un suelo ya saturado.

Los servicios meteorológicos atribuyeron las precipitaciones al fenómeno climático La Niña, que ha determinado que este año sea el más húmedo en Queensland desde que existen estadísticas.

El martes, después de una orden de evacuación de la policía, miles de personas huyeron de Brisbane, una metrópoli de 2 millones de habitantes.

A bordo de autobuses, automóviles y trenes, los habitantes abandonaron sus viviendas frente a la amenaza del río Brisbane, que ya se había desbordado.

Según el alcalde Campbell Newman, 6.500 casas y oficinas, algunas de ellas en el barrio de los negocios, podrían verse inundadas.

A menos de 150 km tierra adentro, el coordinador de las operaciones de socorro de la región, Ian Stewart, indicó estar preocupado en particular por los habitantes de la pequeña comuna de Grantham, donde ya murieron tres personas y donde decenas de otras se encontraban aisladas.

Estas inundaciones, que en el peor momento afectaron a una superficie equivalente a Alemania y Francia juntas en una de las principales regiones mineras del país, han provocado daños estimados en decenas de millones de dólares.