La organización separatista armada vasca ETA, autora de 829 muertes en más de 40 años de lucha armada, anunció este lunes un alto el fuego “permanente” y “general”, que por primera vez en su historia “puede ser verificado por la comunidad internacional”.

“ETA ha decidido declarar un alto el fuego permanente y de carácter general, que puede ser verificado por la comunidad internacional”, afirma la organización en un comunicado enviado al diario vasco Gara, habitual canal de comunicación de la organización separatista armada vasca.

“Este es el compromiso firme de ETA con un proceso de solución definitivo y con el final de la confrontación armada”, añadió la nota publicada en inglés, español y euskera, acompañada por un audio y un vídeo en el que aparecen tres activistas encapuchados leyendo el comunicado.

El anuncio de este lunes va más allá de la suspensión de sus acciones armadas, anunciada el 5 de septiembre pasado cuando ETA aseguró que “hace algunos meses tomó la decisión de no llevar a cabo acciones armadas ofensivas”.

El ministro del Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, tiene previsto comparecer a las 14:00 locales (10:00 horas en Chile) ante los medios de comunicación para reaccionar a este anuncio de la organización separatista armada, cuya anterior decisión de no llevar a cabo acciones armadas ofensivas había sido acogida con bastante escepticismo.

“Solo esperamos de ETA el abandono definitivo de la violencia, el cese total y absoluto para siempre”, afirmó el pasado 30 de diciembre el jefe del ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien recordó que “ya no valen palabras gastadas”.

ETA, cuyo último atentado en suelo español se remonta a unos 17 meses, ha mantenido desde entonces esta tregua tácita, que parece ahora reforzarse en una decisión unilateral, por primera vez, fuera de un contexto de negociación con el ejecutivo español, que se niega a entablar conversaciones con la organización armada vasca.

Responsable de la muerte de 829 personas en más de 40 años de violencia por la independencia del País Vasco desde que en 1969 cometió su primer atentado mortal, ETA se encuentra desde hace varios meses bajo la presión de su ilegalizado brazo político, Batasuna, para que anuncie un alto el fuego en regla y verificable.

Batasuna, ilegalizada en 2003 por la justicia española debido a sus lazos con ETA, confía en que un alto el fuego verificable internacionalmente del grupo armado le ayude a volver a la legalidad y poder particiapar en los comicios locales en la primavera de este año.

El “recurso a la violencia armada” no es “compatible” con el independentismo, había subrayado el 17 de octubre en un entrevista con el diario El País, el ex portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, llamando a ETA a “decretar una tregua permanente”, añadiendo que en caso de reanudarse los atentados, Batasuna “se opondría a tales hechos”.

La organización armada vasca se remite en su comunicado a los mediadores internacionales y a “multitud de agentes políticos y sociales vascos”, que en los últimos meses han abogado por la eventual legalización de Batasuna recordando “la necesidad de dar una solución justa y democrática al secular conflicto político” en el País Vasco.

“La solución llegará a través de un proceso democrático que tenga la voluntad del pueblo vasco como máxima referencia y el diálogo y la negociación como instrumentos”, afirma ETA, que vuelve a poner el “derecho a la autodeterminación” en el núcleo de la negociación.

ETA, que reitera su pedido a España y Francia que “abandonen para siempre las medidas represivas”, asegura que tienen que ser los agentes políticos y sociales vascos los que tienen que llegar a acuerdos contemplando todas las posibilidades, incluida la independencia, para que luego el pueblo vasco decida y que todas las autoridades concernidas acepten esa decisión.

“ETA no cejará en su esfuerzo y lucha por impulsar y llevar a término el proceso democrático, hasta alcanzar una verdadera situación democrática en Euskal Herria”, concluye el comunicado, en el que en ningún momento se hace mención a una eventual entrega de arsenales.