Microsoft, cuya soberanía mundial se ha visto vulnerada por varios competidores, anunció el miércoles que se sumará a la revolución de internet móvil, una jugada indispensable si quiere tener la ubicuidad que pretende.

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“Cualquiera que sea el aparato que usted utilice, ahora o en el futuro, Windows -el sistema operativo de Microsoft- estará allí”, prometió el jefe de la firma Steve Ballmer en su tradicional discurso de inauguración del gran Salón de Productos Electrónicos (CES) de Las Vegas (Nevada, oeste de Estados Unidos), que abre oficialmente el jueves.

Buscando garantizar esta omnipresencia, Microsoft anunció nuevas colaboraciones con varios grupos de microprocesadores especializados en chips para aparatos portátiles, como ARM, Nvidia, Qualcomm y Texas Instruments, además de su socio de siempre, Intel, y de AMD.

“Cada vez más los clientes esperan una gama completa de funciones en todos sus aparatos”, dijo Ballmer, poniendo como ejemplos “la potencia y el alcance de los programas disponibles en las computadoras portátiles de hoy en día, la duración prolongada de la batería (…), un buen navegador, productividad, experiencias multimedia”, conexión con equipos periféricos, entre otros.

Según Ballmer, Windows, que sirve a cerca de 90% de las computadoras del mundo, “tiene la envergadura, la profundidad y la flexibilidad (necesarias) para proveer esta próxima generación de aparatos a los consumidores”.

Pero por el momento Microsoft trabaja aún, principalmente, con su sistema Windows 7, lanzado a fines de 2009: fue un gran éxito comercial en computadoras, pero no parece haber seducido a los fabricantes de tabletas electrónicas, a pesar de la voluntad de Ballmer de frenar el éxito del iPad, de su competidor Apple.

Habitualmente los sistemas operativos Windows tienen un ciclo de renovación de tres años -y el Windows 8 aún no está listo-, pero por ahora Microsoft se contenta con mostrar lo que podría llegar a ser el próximo motor de sus sistemas: una tarjeta madre y un procesador central de muy pequeño formato.

“No se ha divulgado ningún calendario”, lamentó, sin gran sorpresa, el analista Israel Hernández de Barclays Capital. Muchos estiman que el lanzamiento del próximo sistema será el año próximo.

“Pensamos que la falta de atractivo de Microsoft para los teléfonos multifunción y las tabletas sigue siendo una desventaja”, agregó el analista.

En su discurso, Ballmer elogió las cualidades del sistema operativo para teléfonos portátiles Windows Phone 7, que salió este otoño boreal, pero no proveyó cifras de venta. “Esto nos lleva a pensar que hay decepciones a nivel interno”, estimó Hernández.

En cambio, la firma sí anunció excelentes cifras en otra categoría de productos: los videojuegos y el nuevo sistema Kinect, que permite jugar sin controles con la consola XBox 360. Ballmer anunció que vendió ocho millones de ejemplares de Kinect entre noviembre y diciembre, muy por arriba de sus previsiones de cinco millones.