En diálogo con La Radio el administrador del campo santo Alfonso Arriagada, dijo que familiares de los difuntos que tuvieron problemas en sus sepulturas, fueron informados de los trabajos que debían realizarse, para los que necesitaban sus permisos, por lo que todos los traslados se hicieron de forma regular.

Agregó que durante los 3 días posteriores al movimiento telúrico el cementerio estuvo cerrado por orden de la autoridad sanitaria, para evitar una emergencia de salud, por los problemas estructurales registrados.

Además añadió que los mayores problemas ocurrieron en los nichos, de los cuales a lo menos 350 tuvieron dificultades en sus edificaciones, además de 10 bóvedas, donde 3 resultaron con peligro de demolición.

Finalmente, sostuvo que existen algunos familiares de difuntos que aún no se comunican con el campo santo para entregar los permisos para su traslado, situación de debe hacerse a la brevedad, para reprogramar los trabajos de reconstrucción.