Puente mecano sobre puente Llacolén | Egon Wolf
Opiniones encontradas genera en expertos de la zona el puente Llacolén, mientras algunos dicen que operativamente se ve en buen estado, otros advierten que llaman la atención algunos signos de debilitamiento de la estructura.
El puente Llacolén, que atraviesa el río Bio-Bío, fue inaugurado en febrero del año 2000. Su construcción demoró 24 meses, tiempo para desplegar 2.157 metros de una pesada y moderna estructura.
Recibe su nombre en honor al mito que señala que «En la Laguna Chica de San Pedro, vivía el toqui Galvarino con su hija Llacolén, joven princesa mapuche de belleza soberbia».
Ahora, el Llacolén, es la única alternativa vial entre las comunas de San Pedro de la Paz y Concepción. Por él, transitan a diario vehículos particulares, buses interprovinciales, locomoción colectiva, y camiones pesados.
De ahí cabe preguntarse, después del terremoto ¿en qué condiciones quedó?, cuando el Puente Juan Pablo II se mantiene cerrado, en malas condiciones, y el Puente Viejo terminó con su vida útil.
En esta dirección, el docente de la Universidad del Bío-Bío, Alexander Opazo, que recorrió junto a nosotros el puente Llacolén, señala que a simple vista no se aprecia mayor daño, de hecho cuenta que un síntoma ineludible de que las cosas no están bien se dan en el punto exacto en que se juntan los bloques.
Las opiniones de quienes transitan por el lugar apunta a que en vista de que no hay alternativa, apelan a la confianza.
Lo que, aunque parece contradictorio, considera positivo Cristian Ramos, quien se pasó 8 años de su vida como jefe de obra gruesa, de fundación, de puentes con la empresa Bauer. Hoy cuando recorre el Llacolén, dice que hay condiciones que no se están cumpliendo.
Por su parte, la máxima autoridad regional indicó que el puente está monitoreándose día a día, cuenta por tanto de información de primera mano para sientenciar que hay problemas que deben solucionarse.
La atención de las autoridades está tan puesta en esta situación que se dice que el propio Ministro de Obras Públicas estuvo sobrevolando el río Bío-Bío, colocando especial atención a la panorámica del Puente Llacolén.
Esto dado que el puente está construido por bloques instalados sobre pilares o cepas, que requieren de una constante revisión, para que no pase lo del puente Viejo, que a tanta polémica sobre su operatividad, un sismo de 8.8° puso punto final. Ahora la crítica se cierne ahora sobre el Llacolén.
Esperamos que la Secretaría Regional Ministerial de Obras Públicas haga públicos los estudios posteriores a la tragedia. Hoy, frente a una situación de emergencia y como única alternativa, la comunidad merece conocerlos.
