Desde la localidad de Piedras Blancas, cercana a Lonquimay, Mauricio Alarcón nos envía el retrato de cómo el abandono de nuestros adultos mayores golpea aún más duro en la lejanía del campo.
La foto corresponde a don Marcelino Curical Hueñipan, un anciano de 72 años que vive en la más completa soledad y pobreza en la cordillera de la Araucanía. De hecho sólo gracias a gestiones del Senama Regional se logró obsequiarle algo tan básico como una cama, ya que hasta entonces capeaba el frío durmiendo en el suelo de su choza, cubierto con cueros de animales.
Lo más preocupante es que según nos cuenta Mauricio, no es el único caso de abuelos que viven abandonados en la cordillera de la Araucanía.
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