Un debate abierto se ha generado en torno al caso de la violación de una menor de 13 años en la localidad de Carahue, la cual quedó encinta y pasó 33 semanas con un embarazo inviable, hasta dar a luz con un parto inducido durante la madrugada de este miércoles.

¿Pero por qué se habla de un embarazo inviable si la criatura logró nacer? porque en este caso específico, el bebé que nació durante la madrugada en el Hospital Luis Tisné de Peñalolén, presentó una malformación congénita en el corazón, lo que se traduce en un grave riesgo para su supervivencia.

Asimismo, existen factores generales y casi obvios que son bastante preocupantes, como el hecho de que las adolescentes menores de 16 años corren un riesgo de defunción materna cuatro veces más alto que las mujeres de 20 a 30 años, y tienen una tasa de mortalidad de sus neonatos que se eleva en un 50% por sobre las madres de más edad, según la OMS

Todo esto derivó en la discusión sobre la necesidad de establecer o no la despenalización del aborto como medida para evitar estas situaciones de riesgo. Pero más allá del debate público, aún está en curso la investigación por la vía judicial, para determinar quién fue el autor de este ataque sexual, que tiene como principales sospechosos a los mismos familiares de la víctima, quienes, por cierto, no viajaron a Santiago para acompañarla durante la labor de parto.

La fiscal adjunto encargada de investigar el caso, Andrea Rivas, confirmó que este miércoles por la mañana fueron tomadas las muestras de ADN del cordón umbilical, para establecer quién es el padre del bebé.

Rivas además indicó que el resultado de los exámenes podría conocerse durante la próxima semana, con lo que se despejaría el camino para determinar quién agredió sexualmente a la menor.

Mientras tanto en el centro asistencial se han mantenido herméticos, sin entregar mayor información respecto al estado de la madre ni del recién nacido, quien según la información entregada por el Servicio de Salud Metropolitana Oriente, aún se mantiene con vida.