El ex primer ministro y actual embajador de Francia para negociaciones internacionales sobre zonas polares, Michel Rocard, reclamó el miércoles un acuerdo para la creación de zonas marítimas protegidas en la Antártida y cuestionó la instalación de nuevas bases científicas.

“Por tercera vez consecutiva desde 2012 el proyecto de áreas marinas protegidas en el Este antártico y en el mar de Ross no han podido ser adoptadas”, lamentó en el discurso de apertura de la reunión en la que participan 50 países firmantes del Tratado Antártico.

La Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR, según sus siglas en inglés) terminó tres reuniones sin acuerdo sobre el tema desde 2012. China y Rusia han objetado el proyecto, explicó Rocard.

Las aguas del océano austral que rodean el Antártico contienen ecosistemas excepcionales, con miles de especies animales protegidas hasta ahora de la actividad humana pero que se están empezando a ver afectadas por la pesca.

El ex primer ministro también cuestionó que “ciertas naciones demandan crear en la Antártida nuevas bases científicas”, entre las que citó China, Bielorrusia y, según él, Irán, aunque la información no es oficial.

Rocard mencionó estudios que indican que muchos países son capaces de realizar investigaciones sin tener una base en la zona. Y cuestionó la necesidad de una cuarta base científica china.

Las reuniones consultivas del Tratado Antártico son anuales y la actual se extenderá en Brasilia hasta el 7 de mayo.

El Tratado Antártico establece la no militarización de ese continente, libertad de investigación científica, protección del medio ambiente y suspensión de reivindicación territorial.

Cincuenta países son parte del Tratado Antártico, que entró en vigor en 1961. Brasil es desde 1983 uno de los 29 países consultivos, con derecho a voto y decisión.

Cerca de 30 países, todos miembros del Tratado Antártico de 1959, operan bases de investigación en la Antártida.