El escritor Rafael Gumucio, autor de libros como “Comedia Nupcial” (2002), cerró su cuenta en Twitter tras perder la batalla contra decenas de animalistas que reprocharon un comentario suyo en torno a la tragedia de Valparaíso.

Todo comenzó el domingo, cuando por medio de su cuenta en la red de microblogging Gumucio escribió: “Algunos hipster fueron a salvar gatitos y perros mientras Valparaíso ardía y miles de sus compatriotas luchaban por sus vidas #verguenzaajena”.

Luego de apretar el botón ‘Twittear’, el artista fue objeto de un sinfín de críticas, insultos e incluso amenazas de parte de los cibernautas, gran parte de ellos animalistas, quienes condenaron sus dichos.

Ante esta situación, Gumucio decidió cerrar su cuenta en Twitter -donde contaba con cerca de 100 mil seguidores- y escribir una carta en el diario The Clinic, donde comparó a los defensores de los animales con el dictador alemán Adolfo Hitler.

A continuación, te dejamos con extractos de la carta:

“Esos twitter (sic) que se convierten en pasto de insultos de todo calibre siempre tienen que ver con la defensa de los animales. Dudo que la turba que me insulta a mí y a mi familia, que me desean las muertes más horribles sea un grupo coherente de fieles a una sola ideología. Creo que muchos sólo ejercen el extraño placer de odiar a alguien más conocido que ellos”.

“Amantes de los perros, gente que adora a sus gatos que no puede terminar una frase sin llamarte escoria, imbécil, aweonado, hijo de puta y pedir tu muerte en las más horribles circunstancias. Unos pocos, muy pocos discuten lealmente y no pocas de sus razones tienen lógica o demuestran al menos un buen corazón, la mayoría, una mayoría aplastante, una mayoría aterrante insulta y sigue insultando hasta que pidas disculpas por no pensar como ellos”.

“No pensar como ellos es un crimen al que aplican inmediato castigo, haciendo tu vida virtual completamente imposible. Twitter, Facebook, la sensación desagradable de que esa enorme masa que usa nombre generalmente de fantasía, ha decretado que eres una basura inservible, que te está vigilando, que en cualquier momento va a terminar la tarea”.

“Toda crueldad contra ese contingente que no puede defenderse y en el nombre del que se puede decir y hacer cualquier cosa sin que pueda tampoco quejarse es inadmisible. El que quiera regular, controlar o sólo hacer preguntas es tratado de asesino con la misma severidad con que Hitler solía fulminar a los invitados a su mesa que se atrevían a comer carne”

“Me abstendré aquí de enumerar todas las filiaciones que ligan la filosofía de Hitler con la de estos animalistas rabiosos. Me abstengo aquí a su método que es rigurosamente el mismo. La repetición de lemas, el insulto repetido, el asalto sin fin del otro deshumanizado, desnudado de toda dignidad y derecho para lanzar sobre él más y más palabras hirientes. Amantes de los animales que actúan siempre en jaurías, que ladran más de lo que muerden buscando un objetivo evidente y claro, el pensar dos veces si quieres meterte en el lío de contestarle o cuestionarlo. No de otra forma Hitler logró que los judíos fueran para todos “un problema” y que la invasión de Polonia se convirtiera en una necesidad”.

Ante el tweet y la carta de Gumucio hubo muchas reacciones. Una de ellas provino de la animalista Janet Noseda, psicóloga y columnista de El Dínamo, quien escribió una carta abierta al escritor.

“Leí sus desafortunados tweets menospreciando a las personas que acudieron en ayuda de los cientos de animales quemados, lesionados y perdidos en Valparaíso. También tuve la desdicha de leer sus comentarios negativos acerca de la gente que estaba preocupada de salvar a sus mascotas. Reconozco que tanta frialdad me dio curiosidad y me metí a su twitter, donde leí sus respuestas a los animalistas que lo increpaban. No debí hacerlo, porque en sus comentarios usted dejó muy claro que ante una catástrofe, sólo los seres humanos importan y los demás animales, quedan en tercer lugar para abajo”.

“Creo que los animalistas que lo ofendieron (según usted), sintieron la misma rabia que yo al leer cómo usted menospreciaba la vida de un animal indefenso que siente el mismo dolor que usted si su piel se quema. (…) Personalmente, me da miedo alguien que no se conmueve por un perrito que se está quemando vivo”.

“Más rabia me dio cuando leí su columna en The Clínic, cuando nos comparó a los animalistas con Hitler, en una pseudo intelectual charla sobre un Hitler vegetariano y la matanza al pueblo judío. Hitler no mató a los judíos porque era vegetariano (de hecho el comentario es bastante absurdo). Hitler mató a los judíos porque era un psicópata con delirio de persecución y porque precisamente, se creía superior”.

“Los animalistas no andamos apaleando gente porque no piensan como nosotros. Nosotros somos los que andamos con los pies en el barro rescatando perritos abandonados por gente que piensa como usted (…) Su actitud me parece cobarde. Mejor hágase cargo de un tweet desafortunado o por último quédese callado”.