“Si estuviera todo claro, no existiría la necesidad de consultar”, esa fue la respuesta que entregó el subsecretario de Medio Ambiente, Ricardo Irarrázabal, en relación a la consulta de pertinencia que solicitó Refinería Aconcagua de ENAP para su proyecto Central a Gas Natural en Concón.

Esto se refiere a corroborar si la empresa debe nuevamente ingresar el proyecto al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) por haber sido evaluado en el año 2007 y haber sufrido modificaciones posteriores. La autoridad, al momento de plantear la duda, también aclaró que no es materia de su subsecretaría definir esta situación.

Si bien la empresa ingresó voluntariamente el proyecto para su evaluación, lo hizo en una fecha anterior a la nueva normativa ambiental, por lo que la comunidad organizada exige que nuevamente ingrese al sistema.

Para Salvador Donghi, biólogo y ambientalista, se debe exigir que el proyecto pase nuevamente por el sistema de calificación ambiental, por lo que continuarán con acciones para concientizar sobre la necesidad de hacerlo.

Cabe recordar que el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto del año 2007, ya detectaba impactos negativos al medio ambiente: aumento de la concentración ambiental de Óxido de Nitrógeno (Nox), de Monóxido de Carbono (CO), de Dióxido de Azufre (SO2), y de Material Particulado (MP10) y Ozono (O3) en el aire, así como el aumento del nivel de presión sonora.

Los ambientalistas señalan que uno de los aspectos que no fueron considerados en el estudio del proyecto, además del rechazo por parte de la comunidad a la iniciativa, es la medición del material particulado fino o PM 2,5.

Este particulado es altamente nocivo para la salud por su gran capacidad de penetración en las vías respiratorias (cuya norma entró en vigencia 4 años después), lo que a juicio de los detractores de la central térmica constituye un argumento muy sólido para exigir una nueva evaluación del mismo.