El secretario general de Renovación Nacional, Mario Desbordes, salió a explicar el acalorado paso de Andrés Allamand por la sede de la UDI, para saludar a Pablo Longueira, luego de reconocer su derrota en las primarias presidenciales.

Tras el triunfo del candidato gremialista, Allamand visitó al triunfador en la casona de la UDI en avenida Suecia, Providencia, donde se produjo una exaltada discusión entre el ex ministro de Defensa y el jefe de campaña de Longueira, Joaquín Lavín.

Los hechos se desencadenaron ante la petición del ex titular de Desarrollo Social para una conferencia conjunta. Según relataron al menos cuatro testigos a Radio Bío Bío, esto hizo perder el control a Allamand y se acercó a Lavín apuntándole con el dedo a centímetros de su cara, para enrostrarle con tono duro: “Hasta cuándo me vas a humillar, conchetumadre”.

El secretario general de RN, Mario Desbordes, acusó que el segundo piso de la casona de la UDI “era un caos”. Relató que Andrés Allamand apenas saludó a Pablo Longueira “y sin esperar un cafecito, un saludo, o entrar a una oficina, Joaquín Lavín quiso llevarnos de inmediato a la conferencia, con cero cortesía”.

“Fue ahí cuando Andrés le dijo que no, que tenía que tener ‘un poco más de dignidad’ en estas cosas y se retiró del lugar, pero no hubo intercambio de garabatos, ni nada por el estilo”, añadió el dirigente de RN.

Desbordes aseguró que Allamand “no le sacó la madre” a Joaquín Lavín. “Estaba a dos personas de él y no recuerdo ningún garabato; sí le dijo que hay que tener dignidad. Lo que quería Lavín, y donde yo creo que se equivocó, era que sin sentarse a conversar fueran a una conferencia de prensa. Lo mínimo era una coordinación elemental”, agregó.

El secretario general de RN atribuyó así al generalísimo de Longueira “este roce innecesario, que se pudo haber evitado absolutamente, que no debió haberse producido, pero se produjo”.

Incluso, Mario Desbordes narró que “era tal la desprolijidad y el apuro a la ‘brutanteque’ de salir corriendo a la conferencia, que ni siquiera se esperó que llegara el presidente del partido (Carlos Larraín)”.

“La molestia de Andrés tiene que ver justamente con eso, no hubo una deferencia mínima, hubo mucha desprolijidad. Los que estaban a cargo se equivocaron en eso”, planteó Desbordes al reiterar sus dardos al jefe de campaña de Longueira.