El gobierno de Brasil admitió el lunes que la seguridad de turistas y atletas es su principal preocupación de cara al Mundial-2014, y descartó que alguno de los 12 estadios sede pueda convertirse en un ‘elefante blanco’ por falta de uso después del torneo.

A cinco días de la inauguración de la Copa Confederaciones, el ensayo general del Mundial, el ministro de Deportes Aldo Rebelo destacó que la atención especial del gobierno se centra en el cuidado de atletas, turistas y delegaciones , tras las “tragedias” que ensombrecieron eventos deportivos en el pasado.

“Tenemos una preocupación especial por la seguridad pública”, señaló Rebelo en una teleconferencia con la prensa extranjera.

En ese sentido, dijo que el gobierno invirtió importantes recursos para que las Fuerzas Armadas “reduzcan la exposición de la población local, invitados y turistas” a eventuales ataques, como el ocurrido recientemente en la maratón de Boston.

El plan de seguridad incluye el uso de aviones no tripulados, robots, tanques antiaéreos y el despliegue de una fuerza de 1.200 efectivos especializados en lucha antiterrorista.

De otro lado, Rebelo respondió a los cuestionamientos sobre sobrecostos en varios de los estadios mundialistas y enfatizó que las obras se ajustaron a las exigencias de la FIFA y que los escenarios tendrán un aprovechamiento multiuso.

“No hay posibilidad de que esos estadios se conviertan en elefantes blancos, serán utilizados para mucho más que fútbol”, sostuvo.

Rebelo agregó que todo está listo para el inicio de la Copa Confederaciones el próximo sábado en Brasilia, con el duelo entre Brasil y Japón, y que el gobierno espera aprovechar el torneo para probar “la seguridad, las telecomunicaciones y la movilidad urbana” antes del Mundial.

La organización de la Copa Confederaciones, como “evento test, la consideramos satisfactoria”, indicó.

El torneo se desarrollará entre ocho selecciones y en seis de las 12 sedes mundialistas. Apenas un 3% de los boletos fue adquirido por extranjeros, según la FIFA.