Cientos de habitantes escaparon este sábado de sus hogares en el noreste de Nigeria después de un nuevo ataque de islamistas, que incrementaron los actos de violencia contra los cristianos después de la expiración de un ultimátum para que abandonasen el país.

Esta mortífera escalada hace temer una generalización de la violencia religiosa en este país de 160 millones de habitantes, el más habitado de África. En el sur predomina la religión cristiana y el norte es mayoritariamente musulmán.

En la ciudad de Potiskum (noreste) “hubo tiroteos entre nuestros hombres y los combatientes de Boko Haram (movimiento islamista) durante gran parte de la noche, que causaron muertos y heridos”, dijo el sábado a la AFP el jefe de la policía del Estado de Yobe Lawan Tanko.

“Es prematuro dar cifras, porque todavía estamos investigando y haciendo el balance de la situación”, agregó.

Los habitantes de los barrios cercanos a la comisaría de policía atacada por los islamistas la noche del viernes explicaron que abandonaron sus domicilios por miedo a los ataques de los militares. Se refugiaron en los hogares de sus familiares y amigos.

Potiskum es una de las zonas que fueron colocadas bajo estado de emergencia por el presidente Goodluck Jonathan el 31 de diciembre.

Los militares fueron desplegados el sábado y tomaron posición alrededor de la comisaría de policía.

Decenas de islamistas armados atacaron Potiskum el viernes por la tarde gritando “Alá akbar” (Dios es grande), sobre todo la comisaría de esa ciudad. Dos bancos fueron desvalijados e incendiados por los islamistas, según los habitantes.

Fin de un ultimátum

La ciudad de Potiskum, situada en el corazón del norte musulmán del país, es regularmente blanco de los ataques de Boko Haram. Un ultimátum fijado por un portavoz de la secta islamista Boko Haram a los cristianos para que abandonasen el norte del país expiró el miércoles al anochecer.

Boko Haram, que exige fundamentalmente que se imponga la sharia (ley islámica) en todo el país, se atribuyó la última serie de ataques contra cristianos que dejaron más de 20 muertos desde el viernes.

El más violento de esos ataques dejó 17 muertos el viernes en Mubi, en el Estado de Adamawa (noreste), cuando hombres armados abrieron fuego contra una reunión de cristianos, según testigos. De acuerdo con la policía, hubo 12 muertos.

Las víctimas habían ido a visitar a los allegados de dos a cinco personas asesinadas la víspera por desconocidos.

También en el norte del país, otro ataque tomó como blanco el jueves al anochecer a fieles reunidos para orar en una iglesia de la localidad de Gombe. Los atacantes abrieron fuego contra los feligreses, matando a seis personas, según los testigos.

Otro ataque fue llevado a cabo el viernes al anochecer por hombres armados en una iglesia de Yola, la capital del Estado de Adawama (noreste), con saldo de al menos diez muertos entre los fieles, según un responsable cristiano.

“Esos ataques son una de las consecuencias del fin de nuestro ultimátum”, declaró a la prensa por teléfono Abul Qaqa, un hombre que ya hizo declaraciones en varias oportunidades en nombre de Boko Haram.