El cemento se tomó las calles de Concepción, dejando en el olvido los antiguos adoquines, pero ¿a dónde fueron a parar estas piedras?

El hormigón y asfalto los respalzaron, antiguamente eran los adoquines los encargados de cubrir la tierra dejando así las calzadas de Concepción y otros comunas listas para el tránsito de carretones y autos.

Hoy calles como Lautaro y Pelantaro aún están adoquinadas y forman parte de historia de la comuna penquista y para el historiador Alejandro Mihovilovic forman parte del patrimonio de la ciudad.

Pero a dónde van los adopquines cuando el cemento llega a las calles, quizás para algunos no es un mal negocio, porque en páginas de internet los venden a cerca de 300 pesos la unidad, imagínese cuántos sacan en una sóla cuadra. Hasta ahora no existía un procedimiento para retirar la piedra, así lo comentó el Seremi de Vivienda y Urbanismo, Rodrigo Saavedra.

En la municipalidad de Concepción aseguran que desde hace 10 años que existe un procedimiento y los adoquines se entregan al municipio y en bodega ya tienen cerca de 40 camionadas, material disponible para reparar 5 calles, así lo comentó el director de obras Domingo Godoy, quien explicó que los adoquines se utilizan como elemento decorativo, la entrada del cementerio y la Plaza a Cruz son un ejemplo.

El historiador penquista Alejandro Mihovilovic propone mantener algunas calles adoquinadas, dejando así plasmada en la calzada parte de la historia de Concepción.