La secretaría regional ministerial (Seremi) de Salud de la Región Metropolitana, Rosa Oyarce, junto a inspectores de la entidad, cursó este miércoles un sumario a una heladería de Providencia que emanaba un ruido molesto que afectaba a un hogar de ancianos.

La fuente emisora fija se encontraba por sobre la norma, emitiendo 68 decibeles, en circunstancias que en horario diurno lo máximo permitido en esa zona es 60 decibeles y en horario nocturno 50.

Las mediciones, según la normativa, se realizan desde el interior de la propiedad del afectado, con un sonómetro.

La inspección de la autoridad sanitaria se enmarcó en el Día Internacional de la Concientización de Ruido, que se conmemora hoy, con el lema “A mí también me molesta el ruido”.

La iniciativa promueve a nivel local e internacional el cuidado del ambiente acústico, la conservación de la audición, la concientización y daños que generan los ruidos.

Actualmente, el impacto del ruido en la audición, salud y calidad de vida está totalmente demostrado por un gran número de estudios científicos y médicos.

La Seremi de Salud destacó que “el ruido está considerado como un agente contaminante que produce efectos negativos en el ser humano, tales como hipoacusia, cefaleas, insomnio, ansiedad, irritabilidad y fallas de la concentración”.

Oyarce formuló un llamado al autocuidado a la población, especialmente, a los jóvenes en relación a evitar utilizar los distintos tipos de audífonos sobre todo en la vía pública para evitar accidentes.

Este año a la fecha, se han registrado más de 300 denuncias por emisión de sonidos desde fuentes fijas, y en promedio se reciben alrededor de 900 al año. Un 10% de ellas, terminan en sumarios sanitarios que puede significar para los infractores, multas que van desde las 0,1 hasta las 1000 UTM, es decir, casi 38 millones de pesos.