En este verano, las personas que van al campo deben tener cautela antes la presencia de la araña del trigo o “poto colorado”, que se reconoce fácilmente por su color negro brillante, un abdomen abultado y una mancha roja, anaranjada o amarilla en forma de reloj de arena bajo el abdomen.

Es predominantemente rural, con un hábitat extradomiciliario, encontrándose en cultivos de trigo, alfalfa y lino; además en diversas especies vegetales, troncos, piedras, y a veces en jardines.

Excepcionalmente, se ubica en letrinas, bodegas u otras dependencias de la vivienda rural, expresó el académico de la Escuela de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello, Fernando Torres.

La mordedura de ese arácnido, explicó Torres, ocurre en las épocas de calor y afecta a personas que trabajan o viven en las zonas rurales, durante el día y habitualmente en extremidades superiores o inferiores, aunque su mordedura raramente es fatal.

“Es poco sintomática, como un lancetazo urente, y deja habitualmente dos marcas puntiformes, correspondientes a los quelíceros. Además, en el sitio contiguo a la mordedura puede existir palidez”.

Sus síntomas, son dolor y contracturas musculares cercanas a la mordedura, prominentes en piernas y abdomen. Al mismo tiempo, se presenta sudoración, salivación, secreción nasal, mareos, cefalea, náuseas, vómitos, fiebre, taquicardia.

“Aunque la mayoría de los pacientes se recupera sin tratamiento, sobre un 5% de ellos presentan parálisis, convulsiones, shock y muerte, especialmente mayores de 60 años, niños menores de 5 años, hipertensos y embarazadas. El priapismo (erección dolorosa) ocurre en alrededor de un 13% de los pacientes”, sostiene.

Además, en verano aumenta el riesgo de sufrir picadura o mordedura de abejas y avispas.

Suelen ser los niños los más afectados, especialmente en los pies y manos, en la que se experimenta un dolor intenso, formándose una pápula, que es un levantamiento rojizo de la piel con un punto central que es el lugar donde actuó el insecto, pudiendo existir un edema progresivo en las 24 horas siguientes.

Sin embargo, dijo Torres, no todos reaccionan frente a una picada o mordida del mismo modo.

Las avispas producen una reacción alérgica más intensa y grave. Se deben observar los síntomas que se presentan dentro de la primera media hora y hasta dos horas después que involucran dificultad al respirar o tragar, palidez y taquicardia. En estos casos se debe acudir de inmediato a un Servicio de Urgencia, ya que el no tratamiento puede causar incluso la muerte.

“La mordedura de una avispa, provoca un ardor intenso en el lugar, en cambio, la abeja, introduce en la piel una lanceta con un saquito que queda pegado atrás. Este saco lleva el veneno que la abeja desprende y posteriormente muere”, explicó el químico farmacéutico.