Al menos 32 personas murieron y 68 resultaron heridas en las inundaciones y los corrimientos de tierras causados por las lluvias torrenciales y los fuertes vientos que golpeaban este sábado Madeira, según el último balance del gobierno autonómico de esta isla portuguesa.

“Lamentamos ya 32 víctimas mortales y 68 heridos, actualmente hospitalizados”, declaró el vicepresidente del gobierno de Madeira, Joao Cunha e Silva, a la televisión privada Sic Noticias.

El anterior balance del ministro del Interior, Rui Pereira, daba cuenta de “25 muertos confirmados”.

Pereira prevé ir a Madeira con un equipo de socorristas para “hacer una primera evaluación de las necesidades”.

“También estudiamos la posibilidad de decretar el estado de calamidad pública, y de pedir ayuda a la Unión Europea”, añadió en rueda de prensa.

En Funchal, una anciana perdió la vida al derrumbarse el tejado de su casa y dos personas murieron debido a la caída de una grúa, informan los medios de comunicación.

Esta tempestad, que azota sobre todo el sur de la isla, provocó crecidas, inundaciones, corrimientos de tierras, desprendimientos y caídas de árboles, según las imágenes transmitidas por las televisiones portuguesas.

Además, los vientos que sobrepasaban los 100 km por hora y el mar embravecido causaron cuantiosos daños materiales en la isla, situada a 900 km al sudoeste de Portugal y a unos 500 km de las costas africanas.

Las inundaciones destruyeron puentes y casas. Algunos lugares sufrieron cortes telefónicos y eléctricos, según testigos. Y el transporte aéreo del aeropuerto internacional de Madeira sufre perturbaciones.

Según el Instituto Meteorológico portugués, “lo peor ha pasado”.

En Lisboa, el primer ministro José Sócrates manifestó su solidaridad a los habitantes de la Isla. “Estoy consternado por las imágenes que he visto de Madeira. Aportaremos todo el apoyo necesario”, declaró.

El presidente portugués Aníbal Cavaco Silva dijo que la situación tenía “repercusiones humanitarias y humanas graves”.