La comunidad homosexual logró este año importantes avances en su lucha por igualdad de derechos en varios países de América Latina, región en la que pese a una fuerte tradición católica, el matrimonio entre personas del mismo sexo probablemente deje pronto de ser tabú.

La Asamblea Legislativa de Ciudad de México planea votar antes de fin de año una iniciativa para legalizar el matrimonio homosexual. De aprobarse, sería la primera ciudad latinoamericana en hacerlo. La medida podría entrar en vigor en febrero.

“Esta iniciativa, en caso de aprobarse, tendría repercusión en todo México. Hay que generar un cambio cultural porque no es lo mismo ser lesbiana en la capital que en Guadajalara (oeste), por ejemplo, dijo Lol Kin Castañeda, responsable de Acciona, una de los ONG que apoyan el texto, a la AFP.

Si bien Buenos Aires y Ciudad de México, así como Uruguay o Colombia, permiten las uniones civiles, el matrimonio entre personas del mismo sexo no está legalizado en la región, como en algunos países europeos, Canadá y cerca de una decena de Estados estadounidenses.

“¡Igualdad, igualdad!”, “¡Que se casen, que se casen!”. Las consignas fueron entonadas el 1 de diciembre en un Registro civil de Buenos Aires, donde tras una fuerte expectativa finalmente dos hombres vieron frustrado su deseo de casarse debido a un fallo judicial que frenó una decisión anterior.

Lejos de bajar los brazos, en los próximos días se presentarán al menos 50 amparos judiciales simultáneamente en Buenos Aires y 14 provincias argentinas para lograr que se autoricen bodas entre personas del mismo sexo, dijo María Rachid, presidenta de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (LGBT), a la AFP.

La controversia sobre el matrimonio homosexual -fuertemente resistido por la Iglesia Católica, que lo ha tachado de “inmoral”- lleva consigo un debate sobre la adopción por parte de parejas del mismo sexo.

En el caso mexicano, el proyecto aprobado en las comisiones prohíbe expresamente “la adopción cuando los cónyuges o concubinos sean del mismo sexo”.

Mientras, en Uruguay, una reforma del Código de la Niñez habilitó este año la adopción por parte de parejas homosexuales, mientras que otra ley permitió el cambio de nombre y sexo registrales.

También este año el presidente uruguayo Tabaré Vázquez derogó una normativa que impedía el ingreso de homosexuales a las Fuerzas Armadas.

Para la ONG Colectivo Ovejas Negras, aún más importante es que el gobierno uruguayo se comprometió a implementar a partir de marzo de 2010 un plan de lucha contra el racismo y otras formas de discriminación.

Pero pese a las nuevas leyes “tal vez es mayor el avance a nivel social y cultural que a nivel político”, dijo Mauricio Coitiño, integrante de la ONG, a la AFP.

Y “la región nos muestra muy atrás en cuanto a políticas. Tenemos las leyes pero no las políticas que permitan la transformación de los estereotipos y los estigmas. Y una ley sin políticas complementarias no funciona por sí sola”, opinó.

En esa línea, Brasil lanzó en 2009 un plan de promoción de la ciudadanía y derechos humanos de los homosexuales, bisexuales, travestis y transexuales, con 180 acciones que van desde formar a los funcionarios públicos y docentes en el respeto de la diferencia sexual hasta promover un proyecto de ley que penaliza la homofobia.

Este año se batió además el récord de desfiles gays: 189 en todo el país, en todas las ciudades de más de 200.000 habitantes.

En la actualidad hay tres demandas en la Corte Suprema brasileña: dos piden el reconocimiento de la unión estable y otra que los travestis puedan cambiar de nombre.

En otros países, en El Salvador un intento de prohibir expresamente los matrimonios homosexuales falló mientras que Bolivia y Ecuador incluyeron en la Constitución la prohibición de la discriminación sexual.

En Colombia la lucha jurídica apunta ahora a que las parejas del mismo sexo puedan adoptar, dijo Germán Rincón, integrante de Colombia Diversa, a la AFP.

Y Cuba parece haber dejado atrás décadas de marginación a los homosexuales, ya que planea analizar la posibilidad de permitir las uniones legales y la adopción de niños.

En cambio, en Costa Rica la máxima instancia judicial rechazó un intento de legalizar las uniones de hecho entre homosexuales. Mientras, el gobierno peruano promulgó un nuevo reglamento de la Policía que sanciona con severidad a los agentes homosexuales porque afectan la imagen de la institución.