Fue en septiembre de este año cuando Laura Pyle, de Somerset (Pensilvania, Estados Unidos) permitió que su pequeña hija Addison eligiera su vestuario para posar para la foto escolar.
Según relata la mujer al portal Love What Matters, el día anterior a la sesión dio la oportunidad a sus dos hijos mayores de que seleccionaran la ropa que ellos quisieran usar para “inculcarles independencia”.
Es así como la pequeña eligió su actual vestimenta favorita, un vestido verde con lentejuelas. “La desperté un poco más temprano de lo normal esa mañana, para que pudiéramos rizar su cabello”, explica la madre y agrega que su esposo estaba trabajando, motivo por el que le enviaron una foto antes de entrar a la escuela.
“Ni él ni yo nos dimos un segundo para pensar en el color de su vestido”, reconoce. “Si lo hubiera pensado, debería haberme dado cuenta de lo que iba a suceder”, añade.
Unos días después, la mujer recibió un correo del fotógrafo con la vista previa de las fotos de su hija que podía comprar. “Lo abrí con la esperanza de ver la cara sonriente de ‘Addy’… (pero) inmediatamente dejé caer mi teléfono riéndome histéricamente”, admite. ¿El motivo? El vestido de la niña reflejó cada uno de los fondos que usó el fotógrafo.
Esto sucede porque los profesionales de la fotografía usan fondos verdes en su trabajo, para luego modificarlo. Si una persona viste del color, la imagen también se reflejará en cada prenda que tenga de ese tono.
“Toda nuestra familia no puede evitar reírse de lo increíbles y divertidas que son (las fotos). Quizás alguien podría molestarse con algo así, pero mi esposo y yo encontramos humor en esta historia”, dice y asegura que Addy ama las fotos.
La madre decidió compartir su historia en Facebook, adjuntando once de las cerca de 90 imágenes.
Revisa aquí algunas de las fotos.
