Desde que abrió en Bellavista, comer en Peumayén es toda una experiencia.

Este restaurant tiene un poco de cocina chilena bien hecha y contundente, pero también tiene eso de mostrar aquello que, a pesar de ser chilenos, no nos atrevemos a pedir y nunca probamos, aunque sea bueno.

Es que si va a comer a algún lado -más aún, si va con alguien- el chileno no se atreve a apostar por aquello que no conoce. Eso se ve en la cantidad de restaurantes de buena factura cuya única falta es vender algo “novedoso”, y terminan quebrando por falta de visitantes.

Por eso es que muchos locales han apostado por un híbrido que suma una receta probada y algunas líneas para quienes se quieren arriesgar.

Algo así es lo que uno se topa en Peumayén.

Mario Riveros
Mario Riveros

Este restaurant es de muy buena factura e incluye muchos platos tradicionales, pero también algunas experiencias que no se encuentran en otra parte y que, en algo que se agradece mucho, se condensa en una carta reducida, lo que además habla muy bien del local.

Para partir, por ejemplo, está el sour. Sí, es pisco y limón, pero también se puede pedir con betarraga o con rica-rica, una planta que es una delicia y que se encuentra en abundancia en San Pedro de Atacama. Allá, de hecho, se lo echan a todo.

Además, para empezar, y como bienvenida, llega la ya famosa panera de Peumayén, que incluye ocho bocados que recorren Chile de norte a sur. De aquí yo comería kilos del po’e de Isla de Pascua.

Panera de Peumayén | Mario Riveros
Panera de Peumayén | Mario Riveros

Luego, para la entrada, hay varias opciones.

Mi recomendación es atreverse con el Tártaro de salmón, habas y cítricos ($6.900), un plato balanceado y rico, que permite compartir sobre todo en estas tardes calurosas.

Como toda carta bien cuidada, cada plato incluye una sugerencia de maridaje y, aunque yo me inclinaría más por un gewürztraminer, el blend de moscatel y torontel de la Viña 3 Monos que recomiendan va muy bien.

Si tiene tiempo, pida la botella y dedíquese a conversar en la terraza que da al Mapocho. Una tarde así en Santiago es impagable.

Otra entrada bien lograda es el Ceviche Rapa Nui de atún, piña y coco ($7.400), que mezcla buenos ingredientes con un atún con mucho sabor. Rico y ligero.

Ceviche Rapa Nui | Mario Riveros
Ceviche Rapa Nui | Mario Riveros

De fondo un buena opción es el Pulmay ($15.900), aunque el Filete de caballo, papas chilotas y pebre ($13.900) es una opción superior. De verdad lo vale, y más aún si le suma una copa del carignan que aparece como recomendado.

Mario Riveros
Mario Riveros

Si quiere algo más liviano pero sabroso, la recomendación es Congrio, zanahorias y chancaca ($12.900). Muy rico.

Si después de todo esto aún tiene espacio para el postre, las opciones son varias y todas al mismo precio: $2.500.

Yo me quedo con el Cremoso de plátano, coco, piña y helado de mango; o con el biscocho de chocolate y castañas, junto a un ristretto.

Recomendado.

Para escribir esta reseña se visitó una vez de manera anónima al local. También se recibió una invitación por parte del local.

Peumayén Borderío. Escrivá de Balaguer 6400, local 2, Vitacura. Reservas al +56949580141

Por Mario Riveros M. @mario_riverosm