La isla brasileña de Queimada Grande es un lugar en el mundo que puede causar pánico con sólo nombrarlo, esto debido a que es conocida mundialmente como la Isla de las Serpientes Venenosas. Según los análisis de expertos, en esta zona existen un promedio de cinco cobras por cada metro cuadrado.
Esta zona está ubicada a 32 kilómetros distante de la ciudad de Sao Paulo. En la actualidad, está prohibido el ingreso de visitantes, debido a que constituye una de las reservas más grandes del mundo de la especie “Cabeza de lanza dorada”, la cual es venenosa.
En particular, este tipo de serpiente llega a medir 1,20 metros y su veneno es sumamente letal para los humanos, ya que puede quemar la carne humana y los tejidos de la piel alrededor de la mordedura.
Sin ir más lejos, un documental de la cadena Discovery afirma que ellas son causantes del 90% de las muertes de humanos por mordeduras de reptiles en toda América Latina.
El citado medio agrega que el propio gobierno brasileño ha limitado al máximo la entrada de las personas al lugar. A la isla no pueden ingresar turistas ni curiosos, sólo científicos que cuenten con los permisos y cuidados necesarios para sobrevivir un tiempo determinado.
Por otra parte, los investigadores que allí han estado afirman que la especie endémica de serpiente no suele atacar a las personas, por iniciativa propia, pero sí pueden tener un comportamiento agresivo en caso de sentirse amenazadas.
Asimismo sostienen que la “Cabeza de lanza dorada” suele alimentarse de insectos, arácnidos y aves que habitan o están de paso por Queimada Grande, teniendo mayor actividad de caza durante las noches.
El medio español ABC sostiene que en la isla únicamente existe un faro para guiar a los barcos que se acercan al continente, el cual es controlado desde una base en Sao Paulo.
La leyenda de este faro dice que las serpientes mataron a cerca de treinta trabajadores antes que la construcción estuviera terminada (década de 1920), por lo que el proyecto se convirtió en un dolor de cabeza para el gobierno brasileño de la época.
Se dice también que, en antaño, allí habría vivido una familia completa, la que estaba a cargo de operar esta guía para las embarcaciones. Pero todos fueron eliminados por las serpientes, que mataron al padre, la madre y los tres hijos del clan.
De acuerdo al detalle del diario español La Vanguardia, se calcula que actualmente existen entre 2.000 y 4.000 serpientes en la isla, las cuales tuvieron que desarrollar técnicas de caza para sobrevivir.
De esta forma, por décadas las serpientes debieron perfeccionar su capacidad de trepar por los árboles para capturar a las aves que pasan y se detienen en las copas durante el año.
A esto se suma que su veneno se fue perfeccionando con el paso de tiempo, de manera que ahora les es más sencillo capturar a sus presas en las alturas de las especies arbóreas. Algunos investigadores han dicho que su mordida puede ser hasta cinco veces más letal que las demás serpientes, aunque esto no se ha comprobado.
Si bien su método de caza no es sofisticado, éste resulta bastante efectivo, ya que su desarrollada dentadura les permite no soltar a la presa hasta que el líquido tóxico haya hecho efecto.
En el artículo se sostiene además que la vista de la “Cabeza de lanza dorada” es más bien deficiente, aunque su principal medio de rastreo de presas es el olfato, ya que poseen un orificio especial denominado como “foseta loreal”.
Este pequeño agujero, localizado a cada lado de su cabeza entre el ojo y la nariz, las hace ser más sensibles a los cambios en las temperaturas externas, por lo que pueden detectar a las criaturas de sangre caliente que están más próximas.
De acuerdo a un documental de National Geographic, las hembras de este tipo de serpientes dan a luz un total de 10 crías por cada parto, lo que es tres veces menos que las especies que están en el continente.
En este sentido, se agrega que precisamente son las hembras las que tienen un comportamiento más territorial, ya que deben defender a sus crías de los depredadores adultos y cazar para tener reservas de comida.
Si bien su periodo de máxima actividad es durante la noche, en las últimas dos décadas se ha observado que han incrementado su actividad durante el día, básicamente porque la mayor cantidad de aves llegan a la isla cuando hay más luz.
Polémicas por esta isla
Si bien parece ser una zona altamente peligrosa para las personas, el gobierno brasileño ha hecho esfuerzos por conservar el carácter patrimonial de la zona, alejando al turismo aventura que podría llegar desde el continente.
Es más, actualmente se estima que la especie “Cabeza de lanza dorada” se encuentra en peligro de extinción, según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, por lo que los esfuerzos por resguardar su seguridad se han incrementado.
Sin embargo, en la última década esto se ha visto opacado por la intromisión de cazadores dentro de la isla, quienes buscan hacer negocio en el mercado negro con esta especie.
De acuerdo a las observaciones de Nat Geo, existen personas que llegan a cobrar cerca de 30.000 euros (21 millones de pesos) por un ejemplar de esta especie, la cual sería considerada como una mascota exótica en países europeos.
Por otra parte, se cree que estas serpientes crecieron en abundancia cuando los niveles del mar aumentaron y la isla se separó del continente, por lo que fueron capaces de reproducirse y sobrevivir sin la intervención de los humanos.
También se hace referencia que, en la década de 1920, fracasaron los planes de empresas privadas para convertir a esta isla en una próspera plantación de plátanos, debido a que el aumento sostenido de la población de cobras hiciera imposible realizar plantaciones.
Cabe señalar que, en la actualidad, el cuidado y vigilancia de este territorio está a cargo de la Marina de Brasil, la cual ingresa una vez al año, con equipo especial, para supervisar el funcionamiento del faro.