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El Teniente Miguel José Cambiaso fue condenado a muerte y desmembrado frente a una audiencia en Valparaíso en 1852. Lideró un motín en Punta Arenas en 1851. En la remota región de Magallanes, planificó el alzamiento con presos políticos, tomando el control y saqueando barcos mercantes. Fue capturado, juzgado y ejecutado públicamente.
Fue condenado a muerte y desmembrado frente a una audiencia de 20 mil personas en Valparaíso. Se trata del teniente Miguel José Cambiaso, quien protagonizó en 1851 un motín en Punta Arenas, región de Magallanes y de la Antártica Chilena. Por aquel entonces, en Chile se desató una guerra civil tras la derrota de José María de la Cruz Prieto: él y sus adherentes acusaron que los resultados estaban “manipulados” por el presidente electo Manuel Montt.
El conflicto político persistió por unos meses, y Montt, al apaciguar la guerra, mandó a los simpatizantes de Cruz a las cárceles “marítimas” de la Isla Juan Fernández y a Punta Arenas. En Magallanes, lugar donde se sitúa el “motín de Cambiaso”, tenía una población de 700 personas, entre los soldados que resguardaban el penal, los civiles y los presos.

La guarnición de soldados a cargo de la cárcel, en su mayoría, eran los “mal portados” de la Armada de Chile, y como castigo eran llevados al extremo sur, o simplemente, para la mala suerte de algunos, eran soldados que no fueron admitidos en otros centros. Por falta de mano de obra, los internos, en su mayoría presos políticos, podían colaborar con la mantención del lugar, y así obtener privilegios.
El extremo frío, las condiciones climáticas hostiles, una escasa comunicación con Santiago- y las demás regiones estratégicas-, eran los condimentos para un siniestro plan. A eso le sumamos un ingrediente más, solo eran 70 soldados para 400 prisioneros.
El desconocido motín del Teniente Miguel José Cambiaso, el último “pirata” de Magallanes
Un joven Cambiaso en 1842 entró a la Armada de Chile. En 1844 fue derivado a Ancud, Chiloé, donde se casó con una joven mujer de la zona, y en 1847 se cambió a Valdivia: los reportes de violencia intrafamiliar e intentos de envenenar a su esposa, sumado a su alcoholismo y conductas inapropiadas en la armada, llevaron al teniente a un retiro forzado en 1850.
Pero tuvo una nueva oportunidad en el ejército, esta vez, en el extremo sur de Chile: a la cárcel marítima de Punta Arenas. A los pocos días, Cambiaso entró en conflicto con el capitán Gabriel Salas, este, en un evidente estado de ebriedad, lo insultó y amenazó de muerte con su sable.
Así lo dejó registrado Benjamín Vicuña Mackenna , en su libro “Cambiaso, relación de los acontecimientos y de los crímenes de Magallanes en 1851: escrita sobre numerosos documentos inéditos”.

Tras el conflicto, Salas encarceló a Cambiaso, y en las celdas, conoció a los presos políticos simpatizantes de Cruz, hecho que desencadenó las primeras triangulaciones de su plan.
Empoderó a los internos y levantaron un motín contra el capitán Salas el 21 de noviembre de 1851, proclamado a Cruz como el único presidente de Chile. Cambiaso tomó el control, liberó a los convictos y presos, abriendo “las puertas del infierno” en Magallanes, según relata Vicuña Mackenna.
Las víctimas de Cambiaso, el Florida y Elisa Cornish
El Estrecho de Magallanes era un paso estratégico para el comercio, permitiendo a las flotas- inglesas y norteamericanas, en su mayoría- conectar con el continente Sudamericano.
Cambiaso aprovechó su posición y el 26 de noviembre, al llegar el buque mercante “Florida”, de origen norteamericano y pagado por Chile para trasladar a prisioneros, tomó posesión del barco, liberó a los presos y los sumó a su rebelión.
El Florida fue presa fácil de Cambiaso. No fue la única víctima, a los pocos días, ancló otro buque, el “Elisa Cornish” de procedencia británica, que transportaba guano, plata, oro y cacao. Se quedó con el botín, y el 02 de diciembre ordenó matar al dueño del Florida y al capitán del Elisa. Sus cuerpos fueron arrojados a una hoguera, crimen que fue “celebrado” por Cambiaso y sus adherentes, quienes bebieron y danzaron alrededor de la perturbadora escena.
El gobernador de Magallanes, Benjamín Muñoz Gamero, y el párroco de la ciudad, el cura Acuña, trataron de escapar, pero fueron capturados y quemados también. A las pocas horas, llegó el buque de vapor “Virago” para abastecerse de carbón y víveres: según detalla el escrito “La Armada de Chile desde la alborada a su sesquicentenario”, en su capítulo dedicado a Cambiaso, este engañó al comandante Stewart , diciéndole que el gobernador estaba enfermo.
Como lo describe Rodrigo Fuenzalida, en el libro de la armada, Cambiaso le entregó a Stewart dos cartas con la firma falsificada de Muñoz Gamero, la primera era para el Comandante General de la Marina, y la segunda, para el capitán de la barca nacional los “Tres Amigos”, con el objetivo “siniestro” de atraerlo a Punta Arenas y capturarlo.
La caída de Cambiaso
El Virago encontró al “Tres Amigos” y el comandante Stewart entregó la carta. Así, la barca salió a Punta Arenas “engañada” y en su camino divisó a un grupo de personas: eran conocidos de Muñoz Gamero, quienes relataron los violentos hechos.
Cambiaso decidió marcharse, el 02 de enero de 1852, del Fuerte Bulnes con los buques y el “tesoro”. Antes de partir, colgó a indígenas – autóctonos del lugar- a un árbol para “demostrar” su autoridad y miedo.
La noticia del motín llegó, 52 días después, a Ancud, luego que los tripulantes del “Tres Amigos” dieran aviso al intendente. Ya en Valparaíso, las autoridades de la época solicitaron ayuda al consulado británico para desarticular la banda del “pirata” Cambiaso.
El 16 de enero el Virago zarpó de Valparaíso en búsqueda de Cambiaso. En la ruta hacia Punta Arenas encontró al Elisa Cornish con 170 personas, en cambio, el Florida seguía su navegación rumbo a Ancud. Al llegar al Fuerte Bulnes, el Virago no encontró rastro de los rebeldes, y se devolvió a Chiloé.

No pasó desapercibido, y en la Isla Grande Cambiaso fue capturado, el 15 de febrero, junto a sus secuaces. Al llegar a Valparaíso, su juicio duró 30 días y fue condenado a muerte el 04 de abril de 1852: lo fusilaron y fue desmembrado frente a una gran multitud.
El Chile de 1850 y una historia “poco glamorosa”
En entrevista con BioBioChile, el Historiador, especialista en economía de la Universidad Adolfo Ibáñez, Manuel Llorca Jaña, explica que el Chile de 1850 aún no se había expandido y era, principalmente, desde el Norte Grande hasta el Bío Bío lo que se potenciaba. “El sector exportador aún no se desplegaba y la recaudación fiscal era muy baja, por lo tanto, para hacer posesión efectiva de Magallanes, los recursos eran limitados”.
Llorca describe a BBCL como “poco glamoroso” el episodio histórico, además, “Da cuenta la fragilidad del proceso de creación estatal, precariedad militar, dependencia naval de Gran Bretaña, y quizás por eso ha permanecido en silencio, aun cuando hay una narrativa de Vicuña Mackenna”.
El académico relata que, mientras estaba en su investigación doctoral, se encontró con una variada documentación de “reportes consulares británicos” con Chile y en ellos leyó el “motín de Cambiaso”: “Encontré que la historia era diga de contar, guardé la información y me dije ‘cuando tenga tiempo, escribiré un artículo sobre el hecho’, y pasaron 10 años para llevarla a cabo”.
“Entre el Chile de 1850, al de hoy, hay un tremendo avance civilizatorio, en los tiempos que corren, sería impensado que un Tribunal decrete el fusilamiento y descuartizamiento de una persona frente al público”, apunta Llorca a BioBioChile.
Como análisis, el académico explica que el motín “Nos deja algunas lecciones, como las consecuencias de dejar territorios abandonados y la necesidad de tener buenas comunicaciones”.
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