Dos vidas de apenas 4 y 5 años vivieron la peor tortura en el seno de su hogar, donde ahora su madre, quien los debía proteger, se encuentra encarcelada en calidad de cómplice.

Es una historia de no creer. Sin embargo, hay videos que respaldan el trágico pasar de dos niños colombianos, cuyo rescate se dio precisamente cuando habían sido amarrados y torturados.

La sociedad colombiana se vio conmocionada con lo ocurrido a los dos hermanitos, que en pleno siglo XXI, comprobaron de la peor forma al mundo, que ni siquiera con la presencia de una madre se puede estar a salvo. Al menos, ese era su caso.

Los culpables esperan por ser enjuiciados, pero quienes deben procesar todo el dolor que padecieron durante años, son estos infantes quienes luchan por una segunda oportunidad en el seno de una familia. Buscan ser valorados, en medio de los derechos fundamentales que les fueron vulnerados a tan corta edad.

Los elementos policiales que los rescataron, debido a un providencial llamado, no podían creer lo que estaban viendo. Una de las funcionarias fiscales se mostró muy conmocionada por la escena.

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Miércoles 31 Diciembre, 1969 | 21:00

Amarrados y torturados: “Vea cómo me quemó la mano”

La historia se desarrolló en Risaralda (al centro-oeste del país sudamericano). En el municipio de Santa Rosa de Cabal, según consignó el medio colombiano RCN, dos menores de edad sufrían los peores vejámenes a manos de su padrastro. Su madre, y el silencio de ésta, su cómplice en el delito.

Una llamada anónima alertó a las autoridades locales del sufrimiento de los infantes, una niña y un niño de 5 y 4 años. Los gritos de los menores de edad acabaron con el silencio de uno de los vecinos de la comunidad.

“Encontramos a un niño de cuatro años amarrado de pies y manos con múltiples hematomas en el rostro e implorando ayuda, y una niña de cinco años con fuertes golpes y quemaduras en todas partes de su cuerpo las cuales fueron realizadas con una estufa”, relató el Comandante de Policía, Hector Daniel García.

Sin embargo, el testimonio más potente vino de los afectados, al momento del ingreso de las autoridades a la vivienda donde también estaba su madre, quien no hizo nada para defenderlos.

– “Me quemó la mano”, dice la niña de 5 años y rompe en llanto.
– “¿Quién te quemó la mano?”, le pregunta, conmovida, la funcionaria del ministerio público.
– “Daniel”
– “¿Y quién es Daniel, mi amor?”
– “El que está allá arriba”, señala la niña, entre dolida y aliviada de contar su historia.

Faltaba conocer, de la otra víctima inocente, la clase de tortura que vivían en el seno de su hogar, pero bajo una desprotección total.

Niña explica como Daniel, su padrastro, la quemó en las manos, al igual que a su hermano de 4 años.
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“¿Y por qué está amarrado?”: la triste realidad de un niño de 4 años

La funcionaria continuaba entre asombrada y afectada por la escena. El menor de los hermanos fue descubierto amarrado de pies y manos, en medio de las preguntas en la vivienda.

“Vea como está amarrado”, le señala uno de los agentes policiales que la acompañaba.

“¿Y por qué esta amarrado?”, pregunta la fiscal, primero al niño. Luego, en tono de reproche, le hace la misma interrogante a la madre, mientras le pide a una agente mujer que lo desamarre de inmediato.

Es entonces que el infante, desata, en sus propias palabras, el infierno que vivía en su casa mientras su madre comenzó a llorar al ser descubierta.

– “¿Por qué estás amarrado, qué te pasó en la boca?”, eso, ante un evidente y protuberante golpe en el labio superior del niño.
– ” Le pegaron”, dice su hermana. “Mi papá me aruñó. Vea como me quemó la mano, agregó el pequeño niño.

A esas alturas de la desgarradora escena, la fiscal del caso se dirige a la mujer, quien siguió llorando, no obstante, las autoridades en su casa le aclararon la gravedad de los delitos cometidos.

“¿Qué pasó, mamá…? Ahora no necesito que llores, necesito que me expliques qué está pasando aquí”. Su relato es poco audible debido a su estado. “¿Y tú le permitías, a ti también te pega”, le preguntaba la funcionaria pública con respecto a Daniel, su pareja y padrastro de los niños. Ella, respondió que sí.

El niño insistió en que el hombre, al que llamó su papá, le quemó la mano, mientras a la madre le dicen que los menores entraban, desde ese mismo momento, a protección. Le leyeron sus derechos antes de quedar detenidos. Pronto darían con el hombre, autor de las torturas y ambos serían arrestados.

Niño amarrado de pies y manos, además quemado por su padrastro, muestra el maltrato físico
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De amarrados y torturados a un hogar sustituto

Conforme el avance de las investigaciones, la Fiscalía de Risaralda determinó que junto a “las labores de policía judicial lograron establecer que el menor de cuatro años, al parecer, había sido mantenido con sus manos amarradas durante largos periodos de tiempo”.

Los delitos impuestos al principal hechor son: tortura agravada y lesiones personales en calidad de autor, mientras que a la madre de los pequeños, las mismas imputaciones, pero en calidad de cómplice, ya que según la investigación no hizo nada por evitar que sus hijos fueran amarrados y torturados.

Ambos recibieron detención y fueron enviados a un centro carcelario de la ciudad, mientras se desarrolla su juicio.

En el caso de los infantes, RCN informó días después que fueron recibidos en un hogar ya conocido para ellos. Cabe destacar que tanto en Colombia como Chile, se prioriza, antes de una familia sustituta o un programa estatal, que los menores queden con un familiar cercano y responsable.

“Los niños de acuerdo a la medida que tomó el comisario de familia del municipio de Santa Rosa están ubicados en un medio familiar extenso, él como autoridad con el equipo interdisciplinario hacen un seguimiento y un acompañamiento a esa familia, a los abuelos maternos, la idea es que los niños estén cada vez mejor de acuerdo a los acompañamientos que él les brinda”, aseguró Claudia Patricia Serna, directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en Risaralda.

Los padres permanecen detenidos y afrontan graves delitos por el maltrato y tortura de sus hijos e hijastros, en el caso del autor principal de los hechos.
RCN