Vivió un momento de gloria y hoy, afirma, está “casi sin hogar”. Esa es la dramática realidad de Chloe Savage, británica de 43 años que estuvo a cargo de gran parte de la confección de dos históricos vestidos: los de la bodas reales de la duquesa de Cambridge Kate Middleton y de la duquesa de Sussex Meghan Markle.

Middleton se casó con el príncipe William en abril de 2011, en una pomposa ceremonia en la Abadía de Westminster. Middleton, en tanto, contrajo matrimonio con el príncipe Harry en mayo de 2018 en la capilla San Jorge del Castillo de Windsor.

Ambas utilizaron espléndidos atuendos para la ocasión. Según reportó Vogue, la esposa de William y madre de tres hijos usó un atuendo de la firma Alexander McQueen. La estadounidense, por su parte, vistió un diseño de la británica Clare Waight Keller, de Givenchy.

Según contó Savage a la revista estadounidense People, la recesión económica producto de la pandemia de covid-19 le ha afectado con fuerza.

“Mi hija de 14 años se salta las comidas para ahorrar en el presupuesto de alimentos”, dijo, añadiendo que “el estrés la está afectando y ella también se está autolesionando. Entonces, ahora va a los Servicios de Salud Mental Infantil para obtener apoyo”.

La mujer vive en la localidad de Warmley Village en las afueras de Bristol, Inglaterra, desde donde no ha podido continuar con su impecable labor.

Chloe Savage | Gofundme

Recordó que junto a un equipo de profesionales, en el vestido de Kate, aplicaron “todo el encaje en la prenda y en sus zapatos”. Trabajó, además, en la “liga elástica de seda azul y encaje blanco”.

Respecto de la duquesa de Sussex, madre de un pequeño, rememoró que “ella (Meghan) no recogió una aguja (…) No confiaba en sí misma para no sangrar por el trabajo”. Savage fue quien cosió a mano las pequeñas flores del velo real de Markle.

La modista, que tiene otros hijos de 8 y 24 años, comenzó con los problemas económicos serios en marzo, cuando Inglaterra decidió decretar el confinamiento. “Comenzamos a ver que muchos de nuestros contratos internacionales se suspendían. El trabajo simplemente desapareció”, contó.

Debió cerrar su local de bordado Chloe Savage y despedir a todos sus trabajadores. Sobrevivió con un préstamo durante algún tiempo, pero ya comenzó a acabarse.

“Ahora estamos en una posición en la que tenemos que no pagar nuestras facturas por primera vez”, se lamentó, al mismo tiempo que asumió que está “casi sin hogar”.

Una campaña se levantó en la plataforma GoFundMe para reunir dinero e ir en ayuda de la pequeña empresaria que ya está a punto de quebrar.

“Sin trabajo, ahora está luchando por poder pagar la comida para alimentar a sus dos hijos, ha cerrado su oficina y tuvo que despedir a su personal”, relatan en el sitio.