El gurú de una secta en Siberia, Vissarion, que desde hace tres décadas presidía los destinos de miles de discípulos que lo consideran la reencarnación de Jesucristo, fue detenido por las fuerzas especiales rusas el martes.

Fundada en 1991 por este antiguo policía, cuyo verdadero nombre es Serguéi Torop, el culto se instaló en una aldea construida en el bosque, por los fieles, en el distrito de Kurgan, en la región siberiana de Krasnoyarsk.

Vissarion y dos de sus familiares, Vadim Redkine y Vladimir Vedernikov fueron detenidos el martes, según informó el comité de investigación ruso, durante una operación conjunta con los servicios especiales (FSB, ex KGB) y el ministerio del Interior.

Se les acusa de haber utilizado la secta para extorsionar dinero a sus discípulos, de haber ejercido “violencias psicológicas” sobre ellos, causando “daños graves a la salud”.

En un video difundido por las autoridades, los tres sospechosos son conducidos a bordo de un helicóptero, bajo la supervisión de hombres encapuchados vestidos con uniformes.

AFP

Vissarion había reunido a sus miles de fieles en una zona aislada de Siberia para hacer una especie de Arca de Noé para salvar a la humanidad de un cataclismo que el hombre está provocando.

Su “Iglesia del Último Testamento” no vivía, sin embargo, completamente aislada del mundo, acogiendo regularmente a la prensa.

Los fieles, que aspiran a la autosuficiencia, dicen vivir en comunión con la naturaleza, rechazando en particular la carne, el alcohol y el tabaco.