Los sentimientos que afloran las producciones coreanas pueden no ser antojadizas, sino que tener una razón psicológica particular que ha incentivado su popularidad.

De acuerdo a datos de Netflix, una de las plataformas de streaming más exitosas del internet, la popularidad de los K-Dramas ha aumentado sustancialmente desde el 2022. Para esa fecha, al menos el 60% de los usuarios había visto al menos una producción de ficción coreana.

Por esta misma razón, la aplicación de entretenimiento decidió aumentar su presupuesto para estas realizaciones a 2.500 millones de dólares, según recoge El Comercio.

Pero la popularidad de la que disfrutan estas producciones no es antojadiza ni mucho menos nueva.

Uno de los K-Dramas más populares y conocidos en nuestro país es Boys over flowers (Los chicos son mejores que las flores, en español), el que fue transmitido por televisión abierta a través de Mega en 2012. Pero este fue solo una probada para los fanáticos que ahora se reúnen en los streamings.

Pese a que el concepto dorama suele utilizarse para las series producidas en toda Asia (Japón, China, Tailandia y Corea del Sur), lo cierto es que este solo se refiere a las historias creadas en Japón.

Bajo esta lógica, lo más adecuado es definir que los K-Dramas son series de más de 8 capítulos ambientadas en Corea del Sur. Estas suelen contar problemáticas cotidianas, tal como lo haría una teleserie en Latinoamérica, sin embargo, en estas producciones hay mucha influencia de la cultura asiática.

Por ello, es común que se aborden temas como la lucha de clases, amores no correspondidos o problemas económicos. No obstante, las historias más actuales han comenzado a tocar temas más tabúes de los países asiáticos, tales como el bullying, las discapacidades y el suicidio.

Cabe recordar que Corea del Sur es el cuarto país a nivel mundial con la tasa más alta de suicidio. Para el 2019 tenía un 28,6 muertes por cada 100 mil habitantes, de acuerdo al Banco Mundial.

Educar sobre salud mental con doramas

Puede ser la emocionalidad que provocan los relatos, la empatía que despiertan sus personajes o simplemente la sensibilidad del televidente, pero lo cierto es que los K-Dramas suelen poner los sentimientos a flor de piel y ser bastante emotivos.

Sin embargo, el hecho de que los seguidores de estos dramas lloren con estas producciones podría tener un trasfondo oculto. De acuerdo a Andrea Cid, psicóloga de Integramedica: “Los dramas en general pueden hacer llorar a los televidentes porque alientan y enfatizan las emociones que preceden al llanto“.

“Las personas lloran cuando logran conectar con estas emociones intensas, particularmente la tristeza. Los K-Dramas muchas veces utilizan como recurso la música, que facilita la conexión emocional del televidente, y aumenta la probabilidad que este empatice con los actores y la historia que se relata, lo que puede generar la emoción de tristeza”, explicó.

Por ello, no es de extrañar que un estudio realizado por especialistas de la Universidad de California y la Universidad Estatal de San José, en Estados Unidos, publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina haya analizado el uso de episodios y escenas de estas producciones para educar sobre salud física y mental.

De las impresiones recogidas de los participantes de la investigación, los especialistas concluyeron que “con respecto a la escena de la depresión, algunos expresaron que la escena fue alentadora, los hizo felices (que hubo un resultado positivo), enfatizaron la importancia de recibir tratamiento y fue informativo”.

@just_kdramas Lo peor q pudo haberle pasado a mi vida es q esta serie se terminara [cry] #parati #foryou #itaewonclass #parkbogum #parkseojoon #kimdami #parksaeroyi #disney #kdrama #netflix #drama #korean ♬ Stay Gold – BTS

Sumado a esto, los sujetos de estudio además se atrevieron a compartir sus propias experiencias de depresión después de ver las escenas. De esta manera, los participantes también aseguraron que los K-Dramas “pueden usarse potencialmente para la educación sobre salud mental”.

“Los participantes comentaron cómo los K-dramas invitan a los espectadores a relacionarse con los personajes, facilitan la comprensión de los temas (en comparación con solo leer o hablar/escuchar), es un enfoque innovador (una forma interesante de informar) y no es estigmatizar por temas difíciles (por ejemplo, salud mental)”, contextualizaron.

El “poder curativo” de los K-Dramas

Sin embargo, otra que ha comprobado la eficacia del uso de estas series para liberar emociones es Jeanie Y. Chang, una terapeuta enfocada la salud mental familiar.

La profesional suele usar escenas o capítulos de K-Dramas en sus pacientes, a quienes deja como tarea ver estas ficciones con el fin de reflexionar sobre sus propios problemas de salud mental.

“Ver que alguien que pasó por un momento muy duro obtiene la felicidad merecida. Es muy importante para nuestra salud mental. Todas esas historias son identificables y nos encontramos en ellas“, dijo en conversación con el sitio Manila Standard.

En otra entrevista a Forbes, la especialista afirmó: “En nuestra cultura (coreana) existe un estigma por hablar incluso de estar deprimido o ansioso”, por lo que ha notado que el uso de estas escenas suelen ser efectivas.

La experta aseguró que en su experiencia, al usar K-Dramas con sus pacientes, le ha ayudado a abordar temas como “duelo, trauma infantil y conflicto familiar”, los que también desarrollan en terapia. De acuerdo a Chang la efectividad de este tratamiento se demostró en que “todos siempre lloran”.

La psicóloga de Integramédica, por su parte, explicó que el “poder curativo” de las ficciones coreanas no está lejos de la realidad occidental, puesto que existen terapias como la dramaterapia o psicodrama.

En ellas “las personas pueden explorar y expresar emociones, sentimientos, pensamientos y conductas a través del drama, en contextos donde no pueden hacerlo en la vida real. El hecho de ver un drama por televisión en donde se sientan identificados puede ayudar a que expresen e identifiquen emociones, y también se sientan validados“, detalló la profesional.

No obstante, se detuvo a advertir que el uso de estas ficciones como herramienta de tratamiento para la salud mental debe estar vinculada a un trabajo conjunto con profesionales y ser adecuados a la edad de los pacientes.