El hombre se molestó con el ruido que emitía el congelador por lo que decidió desenchufarlo, lo que no sabía es que albergaba muestras de una investigación que comenzó hace 20 años.

Alrededor del 2003, el profesor y director KV Lakshmi del Centro Baruch ’60 de la universidad privada de investigación en Troy, Nueva York, en EE.UU comenzó una de las investigaciones de energía solar bioquímica más formidables, sin embargo, tras dos décadas de estudio, todo se arruinó luego de que un conserje del departamento desconectara un congelador que albergaba importantes muestras porque le molestaba el ruido.

La investigación dirigida por Lakshmi sobre la fotosíntesis tenía un potencial pionero en su fin de avanzar en el desarrollo de paneles solares, sin embargo, todo se fue a la basura.

Tal como detalla la BBC, el hecho ocurrió en 2020 pasado, sin embargo, recién ahora se dieron a conocer los detalles de la demanda. Fue en ese entonces que un día de septiembre la alarma de un congelador se activó alertando que tuvo un aumento de temperatura de 3 °C.

El ruido duro unos días, pues la reparación iba a tomar un tiempo debido a las restricciones de la pandemia. Por esta razón, los científicos decidieron poner un cartel donde detallaban que el refrigerador no debía apagarse ni moverse, además de una explicación de cómo silenciar la alarma.

“Este congelador emite un pitido porque está en reparación. Por favor, no lo mueva ni lo desenchufe. No es necesario limpiar esta zona. Puede pulsar el botón de silencio de alarma/prueba durante 5-10 segundos si desea silenciar el sonido”, decía según recogió CNN.

Sin embargo, al parecer el conserje no dio cuenta de este detalle, pues cansado del molesto ruido, decidió desenchufar el congelador.

De acuerdo a la investigación interna del personal de seguridad del instituto, el conserje habría pensado que estaba encendiendo el interruptor cuando en realidad lo había apagado.

Cuando se dieron cuenta de que el refrigerador estaba apagado, la temperatura de conservación de las muestras subió 50 grados, quedando en -30 °C, y estas debían estar a -80 °C. “Quedaron comprometidas, destruidas e insalvables, echando por tierra más de 20 años de investigación”, detalla la demanda.

Ahora la empresa de limpieza enfrenta una demanda por daños de un millón de dólares y por no haber entrenado adecuadamente al conserje.