La Estatua de la Libertad es uno de los monumentos más famosos y reconocidos de todo el mundo, y desde 1984 es considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Regalada por los franceses en 1886 para celebrar el centenario de la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos, esta inmensa estatua ubicada en Nueva York es obra del escultor francés Frédéric Auguste Bartholdi.

Si bien durante mucho tiempo se ha creído que el autor se inspiró en el rostro de su madre para realizar el rostro, la historiadora Elizabeth Mitchell sostiene que esto podría no ser así.

Mientras escribía su libro Liberty’s Torch: The Great Adventure To Build the Statue of Liberty (“Antorcha de la libertad: La gran aventura para construir la Estatua de la libertad”, en español), la experta se dio cuenta que Bartholdi podría haberse inspirado en su hermano.

El rostro de la Estatua de la Libertad antes de llegar a EEUU en 1885 | The New York Post
El rostro de la Estatua de la Libertad antes de llegar a EEUU en 1885 | The New York Post

“Como revisaba de una manera muy cuidadosa, me di cuenta que la estructura del rostro no es la misma. (Su madre) tenía unas cejas más arqueadas, una nariz y labios más delgados, e incluso su boca”, comentó al periódico The New York Post.

“Revisando las imágenes que tenía de su hermano (del autor de la estatua), comencé a fijarme con mayor atención en su rostro, y realmente se parecía. Su hermano se volvió loco durante sus años de adulto, y fue Bartholdi quien iba a visitarlo una vez a la semana, algunas veces pasando varias horas tan sólo mirándolo”, agregó.

Edward Berenson, profesor de historia de la Universidad de Nueva York, Bartholdi no se habría inspirado en su madre para crear a la estatua, ni mucho menos en su hermano.

A juicio de Berenson, si hubiese utilizado el rostro de alguno de sus familiares para guiarse en el diseño lo habría registrado en alguna carta. Agrega que lo más probable es que el autor se haya inspirado en las esculturas clásicas grecorromanas.