El paracetamol es uno de los fármacos más prescritos y consumidos por la población chilena, con un sinnúmero de indicaciones y usos para el tratamiento de múltiples dolencias. Además es uno de los pocos que pueden tomar tanto adultos como embarazadas y niños, aunque suministrado en dosis apropiadas.

Sin embargo, pocos tienen claridad respecto a sus características, su correcto uso y algunos efectos adversos que puede generar el abuso de su ingesta.

“Es un fármaco muy usado y seguro, pero eso no quiere decir que no pueda tener efectos secundarios por interacciones con otros medicamentos o por su abuso. Por eso, siempre es importante consumirlo con indicación médica”, recalca Paula Molina, químico farmacéutico de Farmacias Ahumada.

Dada su acción analgésica y antipirética (reduce la fiebre), el paracetamol está indicado para el tratamiento de enfermedades que se cursen con fiebre o dolor leve a moderado en adultos y niños. Sin embargo, no tiene capacidad antiinflamatoria como el ibuprofeno, perteneciente al grupo de antiinflamatorios no esteroideos (AINE).

En este sentido, de acuerdo a Molina, sólo “es útil para tratar dolores de cabeza, menstruales, dentales, lesiones –sin inflamación- y alivia síntomas ocasionados por una gripe simple o resfrío común”.

Este principio activo se puede encontrar en múltiples formatos (comprimidos, jarabes y hasta supositorios) y diferentes dosis, considerando que la administración a cada paciente debe ser la dosis mínima que resulte eficaz para lograr el objetivo deseado.

“La posología habitual varía entre 500 y 1000 mg en adultos, cada 6 u 8 horas, dependiendo de la intensidad de sus síntomas. En niños, dependerá siempre del peso y la edad, por eso es fundamental contar con la orientación de un especialista para su consumo”, indica la farmacéutica.

Ahora, si el dolor persiste por más de cinco días o la fiebre por más de tres, el cuadro debe tratarse con otros medicamentos. “El uso del paracetamol por muchos días sí puede traer graves consecuencias a nuestro organismo. Además de las intoxicaciones, este medicamento tiene una metabolización hepática, por lo que altas o prolongadas dosis podrían provocar reacciones y daños serios al hígado”, señala la facultativa.

Asimismo, debe ser evitado en pacientes con anemia, afecciones cardíacas o pulmonares (como el asma), o con disfunción renal grave.

De aquí la importancia de evitar la automedicación, aunque las dolencias sean leves. Ya en 2017 el Instituto de Salud Pública (ISP) advertía el aumento en el consumo abusivo de paracetamol, pasando de 10 mil a más de 13 mil cajas vendidas en sólo tres años, siendo uno de los medicamentos de venta libre más consumidos en el país -junto con la aspirina y el ibuprofeno-.

Por esto, Molina enfatiza que “es importante que las personas conozcan los riesgos cuando se abusa de él o se mezclan con otros medicamentos que contengan el mismo principio activo. Sobre todo en el momento actual, donde la ingesta sin control podría enmascarar o minimizar síntomas de Covid-19, lo que podría agravar el cuadro de un paciente al llegar a urgencias”.

Por esto, es esencial que siempre antes de administrar cualquier tipo de medicamento sepamos para qué, cómo, cuánto y cuándo debo hacerlo, según la indicación del médico tratante.

En casos de molestias leves y para conseguir un alivio más rápido se recomienda ingerirlo sin alimentos, ya que éstos interferirán en el tiempo de absorción, y siempre acompañado de agua.

Aún cuando es uno de los fármacos más seguros, la idea es que nos sirva para solucionar un problema y no convertirse en uno.