El domingo, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por su sigla en inglés) emitieron una alerta para que los ciudadanos de ese país se cuiden de una nueva amenaza animal y sanitaria: “ratas agresivas”.

En concreto, el anuncio fue agregado al apartado de roedores que la entidad mantiene en su página web oficial, lo que se enmarca dentro de los efectos secundarios de la pandemia de coronavirus.

“Jurisdicciones han cerrado o limitado servicios en restaurants y otros locales comerciales para ayudar a limitar el avance del Covid-19”, partieron.

“Los roedores dependen de la comida y los desechos generados por esos recintos. Cierres de comunidades han derivado en una baja en el alimento disponible para estos animales, especialmente en zonas comerciales densas”, añadieron.

Es por ello que la CDC alertó que los ratones comenzaron a buscar nuevas fuentes de comida y que, debido al hambre que pueden llegar a sentir, servicios de control de plagas y de salud medioambiental “podrían ver un aumento en los reportes de comportamiento inusual o agresivo en roedores”.

En abril, y en conversación con la BBC, el rodentólogo estadounidense Robert Corrigan ya había señalado que la falta de personas en las calles y el cierre de todo tipo de comercios haría más visibles a estos animales.

A nivel mundial, la autoridad sanitaria reconoce que esta especie puede llegar a transmitir hasta 35 enfermedades directamente a los seres humanos, ya sea por contacto directo, sus heces u orina.

No obstante, también nos pueden afectar de manera indirecta, a través de pulgas y otros insectos que hayan picado o compartido espacio con uno o más ratones.