Con la cuenta regresiva activada para Halloween, muchos preparan sus listas de películas para una jornada del terror. Pero, ¿por qué nos gusta asustarnos con las películas? La presidenta nacional del Colegio de Psicólogas y Psicólogos de Chile lo explica.

Fantasmas malignos, demonios, experimentos realizados por científicos locos, violencia sádica, zombis terroríficos, criaturas que te persiguen… Esa es la premisa de muchas de las películas de terror que acostumbramos a ver, aún más en estas fechas.

Este tipo de cintas siempre cuentan con historias terribles y oscuras, pero, si son tan espantosas, ¿por qué las vemos?

El miedo, desde el punto de vista de la psicología, es una emoción negativa, y cumple una función importante: protegernos del peligro.

En conversación con BiobioChile, la presidenta Nacional del Colegio de Psicólogas y Psicólogos de Chile, Isabel Puga, asegura que esto tiene que ver por algo diferente a aquella emoción negativa: su consecuencia, la adrenalina.

“A muchos les gusta el género porque la música y el estilo tiene toda esta característica de alerta. Se siente como si algo estuviera pasando y de repente ¡Wah!, viene este salto. Y el salto que surge es el miedo, el susto, que te provoca la liberación de la adrenalina”, explica.

De acuerdo a la psicóloga, muchos disfrutan aquella sensación de la hormona, principalmente los más jóvenes por la intensidad de la emoción.

“Si lo piensas, el miedo es una respuesta frente a una amenaza, entonces genera una respuesta de huida, que aumenta la adrenalina, la frecuencia cardiaca, la frecuencia respiratoria, se te va la sangre a las piernas y lo único que quieres es arrancar”, describe.

“Y usualmente se responde de tres formas: huir, enfrentarse o congelarse”, añade.

“Es sentirse vivo”

De acuerdo a la psicóloga, hay personas que disfrutan de las emociones negativas como el miedo. “Pero siempre hay que tener en mente que está siendo controlada. No necesariamente las personas que disfrutan las películas de miedo serán los mismos que se lanzan en bungee desde un puente, porque eso sería mucho más extremo”, menciona.

“Les gusta la sensación de que la adrenalina aparezca de golpe. En general te da una sensación de que estás vivo, ya que como es la liberación de una hormona, te cambia inmediatamente”, explica Puga.

“De igual forma, tiene que ver con la historia personal y cómo conectarse con nuestra emoción”, reflexiona la especialista.

“Si lo piensas, en nuestra sociedad no existen muchos escenarios que generen miedo. La vida en general puede que sea un desafío, pero controlable”, dice.

Y, gracias al miedo, se acaba dando un golpe de emociones que en la vida diaria no se pueden experimentar.

¿Y los asustadizos?

Mientras que muchos forman filas para llegar a la cartelera de la cinta más terrible, otros tratan de convencer a sus amistades de ver otra cosa, alejarse del horrible monstruo del poster.

Esto, es sencillamente porque no disfrutan del miedo como el resto.

“Detestan la sensación de miedo”, explica Puga. “Usualmente son los que quieren escapar y es incómodo, molesto el quedarse ahí”, menciona.

“Por eso les carga este género. No les gusta que les perturben su flujo vital, su estado de ánimo. También hay personas que les molesta mucho el hecho de que la película de terror lleva a estas sensaciones y hay un otro, un tercero, que quiere controlarlo”, dice.

Ante esto, en vez de disfrutar de la adrenalina, acaban pasando por un episodio incómodo.

Al igual que una montaña rusa

De acuerdo a la psicóloga, el amor por las películas de horror es el mismo que hay por los parques de diversiones, ya que generan la misma sensación en sus juegos extremos.

“Se genera la misma hormona cuando se va a la montaña rusa o ese tipo de juegos, de ahí viene que ambos tengan su éxito”, explica la profesional.

“También se habla mucho de que sucede lo mismo con los adolescentes, porque en general su principal característica son estos cambios de emociones y su intensidad”, cierra.