El síntoma más conocido del cáncer de mama es la detección de bultos en la zona, pero también hay otros que se relaciona con cambios en el tamaño, aspecto de la piel y secreciones.

El cáncer que más mata mujeres en Chile es el de mama. Según cifras del Minsal, muere una mujer cada 8 horas en nuestro país por esta causa.

Por lo mismo, los especialistas recalcan que cerca del 90% de los casos podrían tener buen pronóstico si se realiza una detección temprana, a través de exámenes como la mamografía.

Claudia Gamargo, Oncóloga y Directora Médica del Instituto Cáncer Redsalud, indicó que el síntoma más conocido del cáncer de mama es la aparición de un bulto palpable en el pecho, pero no es el único.

Otros síntomas son el engrosamiento en la mama; cambios de tamaño, forma o aspecto de un pecho; problemas en la piel sobre la mama; secreción del pezón que se produce de forma repentina, con sangre o solo en una mama; pezón invertido hacia dentro o una llaga en la zona del pezón, entre otros.

“El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente entre las mujeres de todo el mundo y en Chile no es la excepción. En nuestro país, hoy esta patología es la primera causa de muerte en mujeres. En esa línea, es vital crear conciencia en las mujeres sobre la importancia que tiene la detección precoz, el autocuidado, el tener buenos hábitos y realizarse el autoexamen y mamografía, especialmente entre quienes no se encuentran con sus exámenes vigentes o que nunca han accedido a uno. Estas medidas pueden hacer la diferencia y están directamente relacionadas con la disminución de la mortalidad”, sostiene la especialista.

Desde RedSalud indican a BioBioChile, que los factores de riesgo son la edad, pues la mayoría de los cánceres de mama se diagnostica después de los 50 años; antecedentes de menarquía (primer periodo menstrual) precoz, menopausia tardía, embarazo en edad avanzada, antecedentes familiares (madre-hermanas-tías) de cáncer de mama y ovario, mutaciones genéticas, obesidad, entre otros.

Síntomas menos comunes de cáncer de mama

La oncóloga y cirujana de mama de la Clínica Las Condes, Soledad Torres Castro, se refirió hace un tiempo en BioBioChile respecto a algunos síntomas de cáncer de mama menos comunes, a los que estar alerta.

Señaló que además de buscar apariciones de un bulto duro al palpar las mamas, la asimetría o la inflamación y dolor de estas, hay otros signos que pueden identificarse como anomalías en las mamas, aunque no siempre se tratará de cáncer.

Piel de naranja

Esta alteración de la piel puede producirse por cáncer en una etapa avanzada. Se pueden ver los senos con una superficie parecida a las cáscaras de naranja, marcándose orificios de la piel.

“Significa que los vasos linfáticos de la dermis, o sea lo que va por debajo la piel, están taponados con células tumorales y por eso se produce ese efecto“, mencionó Torres.

No obstante, no siempre la piel de naranja es por esta causa, lo importante es que debes acudir a un médico si es tu caso.

Retracción cutánea

Es cuando la piel de las mamas presenta ciertas arrugas y que cuando la paciente estira los brazos sobre la cabeza, la piel queda estirada o tensionada.

“A veces estas retracciones, que pueden ser muy sutiles, se hacen más evidentes con la maniobra de girar los brazos sobre la cabeza“, expresó la oncóloga. A diferencia de la piel de naranja, la piel está arrugada y generalmente no se trata de un cáncer avanzado, aunque puede dar la alerta inicial.

Pezón invertido

No es un síntoma exclusivo del cáncer, pero amerita consultar. “En lenguaje médico le llamamos pezón umbilicado, ya que se mete hacia dentro y parece un ombligo“, dijo Torres.

Este síntoma también suele ser un signo de enfermedad benigna de la mama, como algunos tipos de inflamaciones.

Retracción de pezón

A diferencia del anterior, en este caso el pezón se desvía de su eje. “Normalmente el pezón mira hacia afuera, pero cuando está retraído, el pezón queda mirando hacia arriba, hacia abajo, hacia los lados… se sale de su eje, está como tironeado, por decirlo así”, explicó.

Secreciones

Se debe prestar atención a la secreción mamaria cuando esta tiene un tono sanguinolento. Generalmente en otros colores se liga a enfermedades benignas de la mama.

Erupción cutánea

En su mayoría, las erupciones cutáneas no son cáncer. Aún así, cualquier cambio en la piel debe ser examinado por un médico, ya que puede ser una señal de tumor maligno.

Mamografía y autoexamen: ¿Cómo y cuándo hacerlo?

Los especialistas coinciden en que la mamografía es la principal herramienta para la detección precoz del cáncer de mama.

“Este examen es fundamental ya que permite capturar una imagen de la mama para identificar posibles lesiones cancerosas, incluso cuando no son palpables. Por lo tanto, no debemos esperar a sentir una anomalía en la mama para realizarnos el examen, sino adoptar la práctica de someterse a él de manera preventiva”, indicó Gamargo.

“En este sentido, las mujeres de 40 a 44 años tienen la posibilidad de comenzar la detección mediante una mamografía anualmente. Para las edades de 45 a 54, la indicación es realizarla de manera anual mientras y a partir de los 55, la frecuencia puede ser reducida a cada dos años o continuar con la opción anual”, enfatizó.

Los expertos también indicaron que es fundamentales que las mujeres conozcan bien sus mamas, para detectar cualquier cambio visible o palpable.

Eso sí, la oncóloga enfatizó que el autoexamen “en ningún caso reemplaza a la mamografía”.

El autoexamen debe realizarse como mínimo una vez al mes, la primera o segunda semana después de la menstruación y en el caso de pacientes que han llegado a la menopausia, elegir el mismo día cada mes.

La Directora Médica del Instituto Cáncer RedSalud explicó el paso a paso para realizar un buen autoexamen:

Primer paso: inspección visual

● De pie, frente a un espejo y sin polera, coloca las manos en la cadera ejerciendo una fuerte presión hacia abajo Mira con atención cada una de sus mamas, para detectar algún bulto, hundimiento o cambio de color en la piel.

Segundo paso: revisión al tacto

● Lo primero es acostarse en la cama, en esta posición el tejido se vuelve más delgado y fácil de palpar. Sin embargo, también se puede hacer en la ducha. Para ello hay que enjabonar los dedos y las mamas para facilitar el desplazamiento sobre la piel.

● Coloca el brazo de la mama a examinar detrás de la cabeza y con la otra mano comenzar a palpar.

● Se sugiere realizar movimientos circulares con los tres dedos centrales presionando suave pero firmemente, desde la periferia de la mama hasta el pezón, y en el sentido de las agujas del reloj.

● Luego, ejecuta movimientos verticales desplazando la mano hacia arriba y hacia abajo, cubriendo toda la mama.

● A continuación, haz movimientos de cuadrantes: la mano se desplaza desde el pezón hacia la periferia de la mama y luego regresa. Al igual que el paso anterior, se debe repetir hasta cubrir toda la mama.

● En la misma posición palpa la axila correspondiente a la mama que se está explorando. Desplaza la mano a lo largo de toda la axila, ejecutando movimientos circulares, con una presión mayor respecto al caso anterior.

● Realiza la palpación de la areola y el pezón, presionando el pezón entre los dedos pulgar e índice. Observa si al momento de presionar existe algún tipo de secreción.

● Repite lo mismo en la siguiente mama.