En el día internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, oncólogos mamarios destacan la importancia de realizar una mamografía para el diagnóstico precoz. El autoexamen de mamas es recomendado para las mujeres de toda edad, pero no siempre significará que se trate de un tumor cancerígeno en etapa inicial. Además de buscar bultos o nódulos en las mamas, hay otros signos que se deben tomar en cuenta durante la revisión de senos.

Hoy 19 de octubre se conmemora a nivel internacional el día de la Lucha contra el Cáncer de Mama. Situación importante cuando en nuestro país se registran unos cuarenta nuevos casos por cada 100 mil mujeres cada doce meses.

Es por eso que diversas entidades realizan llamados al autoexamen mamario, sin embargo, este no puede reemplazar a la mamografía. Según relata a BiobioChile el oncólogo mamario Juan Manuel Donaire de la Clínica las Condes, el tocamiento en las mamas para poder rastrear alguna anormalidad “siempre ha sido discutido respecto cuál es su beneficio en el diagnóstico precoz, porque hay que reconocer que siempre hay síntomas“.

“Es decir, que al darte cuenta de esta anomalía, ya puede haber un cáncer un poquito más avanzado“, explica.

Pese a que el encontrar anomalías en el autoexamen puede demostrar la presencia de un tumor cancerígeno, el autoexamen ayuda a todas las mujeres de todas las edades, principalmente para que cada una conozca sus mamas e identifique alteraciones.

“De las señales en las que siempre debemos estar atentas es básicamente la simetría de las mamas. En el fondo siempre son asimétricas, pero si hay un cambio de coloración, un cambio en las características de la piel, como piel de naranja o secreción por el pezón, donde la que preocupa es la secreción sanguinolenta o como una secreción del color de un té. También si hay nódulos palpables en la mama, en la axila, si hay enrojecimiento de la piel. La idea es tratar de no asustarse, sino que consultar y poder diferenciarse si hay un cuadro inflamatorio de mama o si puede haber un cáncer“, explica Donaire.

Síntomas no tan populares en el autoexamen

Además de buscar apariciones de un bulto duro al palpar las mamas, la asimetría o la inflamación y dolor de estas, hay otros signos que pueden identificarse como anomalías en las mamas, aunque no siempre se tratará de cáncer.

Piel de naranja

De acuerdo a los médicos, esta es una alteración de la piel que se produce por cáncer, que generalmente está en etapa avanzada. Se pueden ver los senos con una superficie parecida a las cáscaras de naranja, marcándose orificios de la piel. “Significa que los vasos linfáticos de la dermis, o sea lo que va por debajo la piel, están taponados con células tumorales y por eso se produce ese efecto“, menciona a BiobioChile la oncóloga y cirujana de mama de la Clínica Las Condes, Soledad Torres Castro.

Retracción cutánea

Este signo hay que distinguirlo de la piel de naranja. Se trata de que la piel de las mamas presenta ciertas arrugas y que cuando la paciente estira los brazos sobre la cabeza, la piel queda estirada o tensionada. “A veces estas retracciones, que pueden ser muy sutiles, se hacen más evidentes con la maniobra de girar los brazos sobre la cabeza“, explica la oncóloga. A diferencia de la piel de naranja, la piel está arrugada y no trata de un cáncer avanzado, aunque puede dar la alerta inicial.

Pezón invertido

Este signo no es algo exclusivo del cáncer. “En lenguaje médico le llamamos pezón umbilicado, ya que se mete hacia dentro y parece un ombligo“, dice Torres. Este síntoma suele ser un signo de enfermedad benigna de la mama, como algunos tipos de inflamaciones.

Retracción de pezón

A diferencia del anterior, en este caso el pezón se desvía de su eje. “Normalmente el pezón mira hacia afuera, pero cuando está retraído, el pezón queda mirando hacia arriba, hacia abajo, hacia los lados… se sale de su eje, está como tironeado, por decirlo así”, explica.

Secreciones

Tal como mencionó el doctor Donaire, se debe prestar atención a la secreción mamaria cuando esta tiene un tono sanguinolento. Generalmente en otros colores se liga a enfermedades benignas de la mama.

Erupción cutánea

En su mayoría, las erupciones cutáneas no son cáncer. Aún así, cualquier cambio en la piel debe ser examinado por un médico ya que puede ser una señal de tumor maligno.

La importancia de la mamografía

Según los oncólogos, la prueba ideal para poder detectar un tumor maligno de forma temprana es la mamografía. “No se ha inventado nada mejor hasta la fecha, porque la mamografía es capaz de ver alteraciones en la simetría del tejido mamario que no se tocan, que no genera ningún síntoma. También pueden notar microcalcificaciones que tampoco son palpables”, menciona Donaire.

Es por esto que la mamografía es el método ideal para detectar el cáncer en etapas iniciales. Además, se recomienda que a partir de los 40 años, las mujeres comiencen a realizarse al menos una mamografía anual, examen que puede realizarse de forma gratuita desde los 50 años, según explica Donaire.

“Tanto el GES como el sistema privado entregan una mamografía gratis desde los 50 años hasta los 59 cada año. Eso significa que se entrega gratuitamente como un derecho de la mujer y aún así, eso no se ocupa. Hay que tener en cuenta que el estado paga por ese examen. El sistema público lo tiene gratuito para la mujer, la Isapre lo entrega, pero tiene una ocupación que es bastante baja, llegando a menos del 50%“, acusa el oncólogo, recalcando que si bien se recomienda iniciar este tipo de exámenes a los 40 años, “a los 50 toda mujer tiene que hacerse una mamografía“.

Detección temprana en jóvenes

En el caso de las mujeres treintañeras o más jóvenes, Donaire afirma que la mamografía acabaría teniendo menor sensibilidad para rastrear anomalías. “A esa edad es un tejido más tenso y más fibroso, así que no es conveniente realizar mamografías a mujeres tan jóvenes, excepto en aquellos que tienen un riesgo aumentado, dado fundamentalmente por alteraciones por antecedentes familiares o por algunas mutaciones que aumentan el riesgo de manera importante”, indica.

Pero, ¿Y si hay antecedentes familiares? “En gente muy joven con mucho cáncer en la familia, está la indicación de hacerse un examen de sangre que busca algunas alteraciones genéticas que aumentan el riesgo de desarrollar un cáncer y en esos casos, cuando hay fuertes alteraciones genéticas, se parte con exámenes de imágenes, pero sólo para ese grupo de alto riesgo”, menciona.

Dicha opinión la comparte con Torres. “Las mujeres jóvenes tienen menos probabilidades de tener cáncer de mamas, por eso existe ese comienzo de los exámenes a los 40 años. Las mujeres jóvenes menores de esa edad tienen una incidencia al cáncer de mama bastante baja. Ahora, eso no significa que el cáncer de mama no exista“, explica.

“Hay una excepción en las mujeres cuya madre haya tenido cáncer de mama antes de los cincuenta años. A ellas se les recomienda comenzar su control mamográfico a una edad diez años menor a la que tuvo su madre al ser diagnosticada. Por ejemplo, si la mamá tuvo cáncer a los 45 años, la hija debe empezar su control a los 35. Si lo tuvo a los 40, la hija a los 30”, menciona.

De igual forma, las mujeres que se someten a mamografías cada año deben realizarse el autoexamen de mamas, en caso de que surjan cánceres de rápido crecimiento, los cuales pueden aparecer en menos de un año, entre una mamografía y otra. “Por ejemplo, si yo me hiciera una mamografía y no tengo ningún signo sospechoso, me haré el siguiente examen el próximo año. Pero puede, en un mínimo porcentaje, que aparezca un cáncer de rápido crecimiento que será palpable antes de que transcurran los doce meses, por lo que podré advertirlo”, explica la doctora.