La Academia Americana de Oftalmología determinó a través de un estudio, que el 2% de los casos reportados por Covid-19 durante los últimos meses, mostraron síntomas de conjuntivitis folicular leve. Esto es: ojos rojos, sensación de una “basurita” en el ojo, molestia con la luz y lagrimeo (anteriormente no se conocía esta cifra).

Además, un estudio publicado en el New England Journal of Medicine, encontró una relación de congestión conjuntival en 9 de cada 1.099 pacientes (8%) confirmados con Covid-19 en alrededor de 30 laboratorios de hospitales. En tanto, una investigación liderada por la Universidad de Hong Kong, concluyó en base a la observación que la cepa es hasta 100 veces más infecciosa que el síndrome respiratorio agudo severo y la gripe aviar a través de los orificios faciales y las vías respiratorias.

Todos estos hallazgos consolidan la recomendación de no tocarse los ojos y de lavarse permanentemente las manos para evitar contraer el coronavirus.

“Estos hallazgos significan, a ciencia cierta, que el a virus sí se contagia por secreción conjuntival en la misma medida si no se siguen las recomendaciones de higiene”, destaca Rodrigo Sierra, experto de Ultravisión. “Sin embargo, si se presenta conjuntivitis pero no hay ningún otro síntoma de Covid-19, no necesariamente quiere decir que se tenga coronavirus”.

“Este es un resultado importante que demuestra que los ojos no solo son una de las puertas de ingreso del virus en el organismo, sino también un repositorio y una potencial fuente de contagio”, señala Rodrigo Sierra.

“De allí la necesidad de un uso apropiado de dispositivos de protección e higiene en clínicas y centros médicos, tales como los que tenemos implementados en nuestra red de clínicas Ultravisión en las evaluaciones e intervenciones Lasik”, aclara.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “se trata de un hallazgo que tiene importantes implicancias también en el plano de la salud pública”. La investigación demostró, además, que, incluso los hisopados oculares pueden ser positivos cuando las muestras del tracto respiratorio no muestran más rastros del virus, es decir, se puede diagnosticar a través de los ojos.

Según antecedentes de Ultravisión: “Lo que no está claro hasta ahora es cómo el virus puede terminar en las lágrimas. Las teorías dicen: que los receptores del epitelio de la conjuntiva pueden hacer que se replique virus, por las gotas infectadas; la migración de la infección del tracto respiratorio superior a través del conducto nasolagrimal; o, incluso, la infección hematógena a través de los vasos sanguíneos”.

“Lo más importante es evitar tocarse y frotarse los ojos mientras se sale de la casa” -dice Rodrigo Sierra-. “Es un gesto muy cotidiano que debemos evitar. Si hay molestias, recomendamos parpadear, lavarlos con suero fisiológico o hidratarlos con lágrimas artificiales”.