Este es el testimonio personal de Aarón Oddó, médico del sistema público, que denuncia el abuso de licencias médicas y exige respeto por quienes ejercen con vocación, ética y esfuerzo real.

Señor Director:

Mi nombre es Aarón Alfredo Oddó Beas, médico especialista en patología, funcionario del Hospital Dr. Víctor Ríos Ruiz de Los Ángeles, becado por el Servicio de Salud Biobío entre los años 2018 y 2021 para completar mi formación profesional.

Frente a los graves hechos recientemente conocidos respecto al abuso de licencias médicas por parte de ciertos funcionarios públicos, quiero manifestar mi profunda preocupación y, al mismo tiempo, defender el trabajo de quienes sí honramos la función pública cada día.

Somos muchos los médicos y trabajadores de la salud pública que, con esfuerzo y convicción, nos hemos formado gracias al apoyo del Estado, precisamente para devolver esa inversión a través de nuestra labor diaria en hospitales y centros asistenciales de todo el país. Trabajamos muchas veces en condiciones difíciles, con recursos limitados, y aun así nos esforzamos por brindar una atención digna, de calidad y oportuna a nuestros pacientes, en especial a los más vulnerables.

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En mi propia experiencia, más de una vez he debido trabajar fuera de horario, cubrir imprevistos o asumir labores adicionales para tratar de atenuar, aunque sea mínimamente, las desigualdades estructurales de nuestro sistema de salud. Y, sin embargo, incluso en situaciones personales de enfermedad, el sistema ha sido particularmente riguroso.

Recuerdo que en una oportunidad, afectado por un cuadro de bronquitis, siendo además un trabajador expuesto de manera constante a gases de formalina en el ejercicio de la patología, solicité una evaluación médica y se me indicó reposo y licencia médica por una semana, la única que he pedido en toda mi carrera. Esta fue inicialmente rechazada, generando una profunda frustración, pues resulta doloroso constatar cómo se desconfía de los funcionarios que cumplimos con responsabilidad, mientras otros vulneran impunemente las normas.

Por eso, como funcionario público, como médico y como ciudadano, exijo que se sancione de manera inmediata y ejemplar a quienes han abusado del sistema, deshonrando no solo su función, sino también el trabajo de miles de personas que día a día sostienen la salud pública con esfuerzo, ética y compromiso real.

No podemos permitir que estos hechos manchen la labor de quienes, más allá de las dificultades, seguimos creyendo en el valor del servicio público y en el derecho de nuestros pacientes a recibir la mejor atención posible.

Aarón Alfredo Oddó Beas
Médico Patólogo
Hospital Dr. Víctor Ríos Ruiz, Los Ángeles

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