Uno de los grandes desafíos educacionales en Chile, y que requiere especial atención, es la educación para adultos. De acuerdo con los datos de la Casen (2019), alrededor de cinco millones de personas mayores de 18 años no han completado su educación media.

Según la misma encuesta, en el año 2021, 391 mil jóvenes entre 18 y 24 años abandonaron sus estudios. Este hecho es evidente, pero es importante mencionar que el abandono escolar y la baja reintegración limitan las oportunidades laborales y personales, teniendo un impacto negativo en la economía del país.

A esto se suma la situación socioeconómica y la ubicación de residencia de las personas, las que se relacionan en forma importante con sus niveles de educación. El quinto quintil alcanza 14 años de escolaridad, mientras que el resto de los quintiles promedian en total 8 años. Además, quienes viven en zonas urbanas cuentan con 3 años más de escolaridad que en las zonas rurales.

Frente a esto, es urgente brindar espacios seguros de aprendizaje, sentido, integración y apoyo a quienes no los tienen. Los programas de formación en oficios que ofrece el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence), a través de diferentes organismos técnicos de capacitación, aparecen como una oportunidad para formarse en metodologías ágiles, de corta duración, con certificación y enfocadas en el desarrollo de competencias para una integración eficaz al mundo laboral.

Según datos sobre la proyección educativa de los países OCDE, Chile aumentará su escolaridad actual de 9 años a 11,5 en 2050, cifra superior al promedio que se espera para el resto de los países latinoamericanos (10 años al 2050).

La formación en oficios puede ser especialmente relevante para integrar a aquellos jóvenes y adultos que abandonaron sus estudios o no pudieron completarlos por diversas razones. Esta sería una oportunidad para adquirir nuevas habilidades y conocimientos, lo que puede llevar a una mayor integración socioeconómica, ya que los trabajadores capacitados pueden acceder a trabajos mejor remunerados y con mejores condiciones laborales.

En nuestro país, distintas instituciones de formación están trabajando para ofrecer experiencias educativas de calidad, con una diversa oferta formativa, adaptándose a las necesidades del mundo laboral y con un fuerte énfasis en el desarrollo personal y colectivo. Se comprende que en espacios

que albergan diversidad, las oportunidades de integración también se generan en el encuentro de distintas personas, historias de vida y realidades en una sala de clases.

Por Joaquín Cortés Valenzuela, director Infocap sede Santiago.

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