La belleza y diversidad natural de nuestro país tiene alcance a nivel mundial. Por tercera vez Chile fue galardonado como el Mejor Destino Verde del Mundo en la vigésimo novena versión de los World Travel Awards, lo que además se ve reflejado en los últimos datos de la Asociación Chilena de Turismo (Achet) y la Subsecretaría de Turismo, quienes estiman que un millón y medio de viajeros llegarán a Chile para la temporada estival de 2023. Son sin duda, números relevantes que reactivarán aún más al sector turismo, pero que nos impone grandes desafíos.

Para quienes no saben, solo en la Ruta Lagos y Volcanes existen 17 áreas silvestres protegidas, entre parques y reservas nacionales. Territorios destinados para la conservación que, además, agregan un importante valor para integrar a las comunidades y para el deleite de la ciudadanía a través del ecoturismo.

Son áreas silvestres protegidas que le agregan un tremendo valor a la zona sur del país, y que requieren de importantes esfuerzos para su conservación y una gestión proactiva que las integre al turismo de manera sostenible. El anuncio de disminución del presupuesto para este sector generó un paro de los y las guardaparques que significó importantes pérdidas para el sector turístico que opera en esas áreas protegidas. Esto pudo empeorar las condiciones ya existentes para ellos, pero también peligran los recursos para las acciones de conservación.

Este verano llegará un importante número de personas con la intención de visitar áreas naturales y silvestres, y ante ese escenario un aliado muy importante son las iniciativas privadas de conservación. Los parques privados también deberían ser parte de la promoción de los destinos a nivel mundial, ya que muchos de ellos cuentan con una buena atención al visitante, servicios para turistas y además realizan esfuerzos en conservación, aumentando de esa manera la superficie protegida de patrimonio natural.

La reserva Huilo Huilo, el Parque Futangue o el Parque Huishue, son solo tres ejemplos de cómo estas iniciativas privadas contribuyen a la conservación y diversificación de la oferta turística, y lo hacen entregando una experiencia alucinante para los viajeros. A modo de ejemplo, Huilo Huilo recibe 320 mil visitantes por año y el Parque Futangue contribuye con 22 mil visitas. El aporte económico de estas áreas privadas en las comunas de Panguipulli y Lago Ranco, respectivamente, no tiene discusión y han tenido un efecto preponderante en el sector turístico de estos territorios.

Las autoridades ya anunciaron que se esperan 30 millones de viajes entre marzo y diciembre de 2023, un aumento de 26,6% en relación a la temporada 2022. Por lo anterior, las iniciativas privadas de conservación deben validarse como un actor importante con su modelo diferente de gestión territorial, ya que incluso cuentan con una categoría de protección reconocida legalmente a través del Derecho Real de Conservación.

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